El Poder Judicial de Perú ratificó de forma definitiva este miércoles el derecho a una muerte digna a través de la eutanasia de Ana Estrada, una mujer de 43 años que se convirtió en la primera persona en el país en recibir la autorización para poner fin a su vida.
El fallo tuvo lugar después de que un juez del Tribunal Supremo dirimiente hasta ahora haya cambiado de postura, permitiendo así resolver de manera definitiva el caso al alcanzar los cuatro votos necesarios.
“Juez supremo dirimente Carlos Calderón Puertas se suma a la posición mayoritaria de los magistrados respecto al protocolo de actuación médica, en el recurso de consulta del proceso de amparo seguido por Ana Estrada, y resuelve de manera definitiva el caso”, expresó el organismo judicial en su cuenta de Twitter.
De esta forma, se ha definido el protocolo de eutanasia que quedaba pendiente del fallo emitido por el Tribunal Supremo el pasado 15 de julio. Este se llevará a cabo en conjunto entre el Ministerio de Salud (Minsa) y la Seguridad Social.
“La resolución será notificada en los próximos días debido a que aún está en proceso la redacción final de la sentencia y la firma de los jueces intervinientes”, informó el Poder Judicial, según difundió ‘La República’.
La solicitante de la primera eutanasia que se llevará a cabo en Perú es una activista que padece una polimiositis incurable y progresiva con la que convive desde los 12 años. A través de su blog personal, la activista ha defendido en público su lucha y se ha convertido en la cara visible de los intentos de legalizar la eutanasia en el país sudamericano.
“Desde que estuve en UCI pedí ver al psiquiatra para que me recete lo indicado porque me quería morir. Pedía morir. (...) Hasta que en el 2017, poco a poco comenzó mi búsqueda. Y claro que en cada negativa me volvía a derrumbar”, cuenta en una de las últimas entradas escritas en su blog tras su comparecencia ante la audiencia que ahora ha fallado en su favor y en la que le preguntaron si estaba deprimida.
“He empezado a escribir en este blog porque así empezó todo hace dos años. Vuelvo a la raíz y soy mi alimento. Y ya nunca nadie más me dirá que es imposible. Mi voz es orquesta”, zanja este artículo.
Estrada depende de un respirador artificial y de la asistencia de enfermeras de manera permanente. Por lo que pidió “una muerte digna”. La activista explicó que ella no está pidiendo morir, sino que ella tenga la autonomía de decidir el control de su vida.
(Con información de Europa Press)
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