Aparecen nuevas revelaciones sobre los asesinatos ocurridos el pasado fin de semana en el distrito de Pascuales en el extremo noroccidental de Guayaquil. Allí, cuatro personas aparecieron muertas en cuestión de horas, incluidos dos hermanos de 6 y 10 años. Un tercer niño de 5 años resultó herido.
Según funcionarios policiales los sicarios pertenecientes a la banda de Los Pitufos, uno de los brazos armados de Los Choneros, allanaron la casa de los niños en busca de un adulto, y al no encontrarlo, un tirador disparó a matar a los tres hermanos que se encontraban en el lugar.
Los niños estaban preparándose para dormir cuando los criminales rompieron la puerta de entrada abrieron fuego. En la balacera que cegó la vida de los niños mayores, el menor de estos, un niño de cinco años recibió un disparo en el hombro que atravesó su brazo izquierdo. El pequeño herido ingresó de emergencia en un hospital infantil al sur de la ciudad. Pero sus hermanos de 6 años y 10 años no sobrevivieron a los disparos que los impactaron a quemarropa directamente en la cabeza.
Originalmente se planteó la hipótesis criminológica de que los niños eran víctimas colaterales y que los sicarios se habían equivocado de objetivo. Pero según las autoridades policiales, en este caso se nota que los asesinos perpetraron los asesinatos activamente, rompiendo todos los códigos de comportamiento gansteril y todas las reglas que incluso tienen las pandillas, en un ataque perpetrado directamente en contra de estos inocentes niños.
También se informó sobre la captura de uno de los posibles participantes en este asesinato gracias al testimonio de algunos testigos que avisaron a las autoridades y que brindaron las características de los criminales. Así fue como en pocas horas se pudo detener en el mismo sector a un menor de 17 años que hoy está detenido en un reformatorio juvenil.
Aunque no se ha definido cuál fue la participación del sospechoso en el crimen y que no sería el autor material del asesinato, las autoridades policiales han confirmado que el detenido estuvo en el lugar de los hechos y que era consciente del evento criminal.
Por su participación en los hechos, se han abierto dos causas penales en contra del menor detenido. Una es sobre su participación en el asesinato de los dos niños, las lesiones del niño que se recupera en el hospital, y por un vecino también asesinado a 300 metros de distancia. Los ataques habrían ocurrido alrededor de las 23:30 del sábado pasado.
Un segundo expediente fue abierto por el asesinato de una persona más a 200 metros de distancia de la casa de los niños abaleados. Este hecho habría ocurrido al día siguiente de los primeros ataques, alrededor de las 7:30. Según información extraoficial los asesinados y los menores serían familiares.
Un juez dictó el aislamiento del menor en un reformatorio y el cumplimiento de medidas socioeducativas, lo que daría tiempo a la policía para interrogar al menor detenido.
El doble asesinato de los dos menores de edad en la parroquia Pascuales, así como de los otros dos vecinos, activó el sistema de recompensas del Gobierno. El Ministerio del Interior anunció una recompensa de hasta USD 10.000 por información sobre el paradero del atacante, al 1800-DELITO.
Solo este último fin de semana, la policía ecuatoriana registró 17 asesinatos en los cantones contiguos de Guayaquil, Durán y Samborondón, donde las muertes violentas superan las 760 desde enero hasta mediados de julio de 2022.
En febrero de este año dos hombres perdieron la vida en atentados perpetrados por integrantes de la misma banda Los Pitufos y tras recibir llamadas extorsivas.
Un hombre de 43 años murió mientras se dirigía a su trabajo como electricista. En compañía de un hijo, ambos fueron detenidos y atacados por delincuentes a bordo de una moto. El hecho ocurrió a las 7:45. Es el mismo caso de otro hombre de 56 años que falleció en una clínica del noroeste de Guayaquil, hacia donde fue trasladado luego de recibir un disparo mortal mientras se encontraba en su domicilio. La víctima, dueña de una cooperativa de taxis, fue impactado por dos disparos que le cegaron la vida.
Ambos ataques tuvieron lugar en la Cooperativa San Francisco en el distrito de Pascuales, lugar donde fueron asesinados los dos niños y sus dos vecinos. Al parecer esta es el área marginal de Guayaquil donde Los Pitufos operan sus actividades delictivas.
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