El laborismo brasileño oficializó este miércoles la candidatura presidencial de Ciro Gomes, quien intentará terciar entre el gobernante Jair Bolsonaro y el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, pero aún busca un candidato a vicepresidente.
La fórmula del Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués) para las elecciones del próximo octubre fue presentada incompleta, pues todavía se apuesta a lograr alguna alianza con otra formación que pueda darle una mayor musculatura a la candidatura de Gomes.
“Lula y Bolsonaro son las caras de la moneda de la mediocridad de una clase política sin escrúpulos e incapaz”, manifestó Gomes ante miles de militantes del PDT, a los que adelantó el tono de lo que será una campaña que se propone la tarea de romper la polarización entre los candidatos del progresismo y la ultraderecha.
“No será fácil, pero es posible”, agregó en aparente alusión a las encuestas, que la atribuyen un 10 % de las intenciones de voto, frente al 45 % que ostenta Lula y el 30 % que tiene Bolsonaro.
En su presentación oficial como candidato, Gomes golpeó a diestra y siniestra y sin contemplaciones.
Sobre Bolsonaro, dijo que “amenaza a la democracia”, “usa la mano pesada de la represión y la amenaza, crea mentiras, insinúa una intervención armada contra el pueblo” y “es un ser hediondo, que provocó la muerte de cientos de miles de brasileños en la pandemia” de covid-19.
Sin embargo, sostuvo que la llegada al poder de la ultraderecha fue también “un efecto, una consecuencia”, de los 14 años que permaneció en el poder el Partido de los Trabajadores (PT), primero con Lula y después con Dilma Rousseff.
“El lulismo consiguió la obra monumental de parir un Bolsonaro”, afirmó el líder laborista, quien le achacó al antiguo sindicalista ser “cómplice de una escuela corrupta de gobernar que llevó a Brasil a esta tragedia anunciada”.
Bolsonaro y Lula se “disputan quién es más fascista o más comunista” pero “son parte de un mismo modelo social, que les ofrece limosnas a los más pobres y banquetes a los más ricos”, sostuvo Gomes.
En un esbozo de sus planes para un eventual Gobierno, puso como prioridad una profunda reforma tributaria, que imponga un impuesto a las grandes fortunas y permita recaudar recursos para la inversión social, a fin de “acabar con la tragedia del hambre”.
También propuso “declarar el fin de la reelección” presidencial o someter a referendos populares algunos asuntos espinosos, como unas revisiones de las leyes laborales y del régimen de jubilaciones.
“Un proyecto nacional de desarrollo que ponga, no a la economía, sino al pueblo brasileño de pie otra vez y le devuelva la ilusión a los más pobres”, con una educación gratuita de calidad y la sociedad en el centro de la gestión pública, declaró el candidato laborista.
El PDT es el único miembro pleno brasileño de la Internacional Socialista (IS), que reúne a 170 partidos de 120 países y a la que se adhirió en 1989 por decisión de su fundador, el fallecido Leonel Brizola, de quien Gomes se considera hoy una suerte de heredero.
Aunque llegó a ser un partido influyente hasta hace dos décadas, ha perdido espacio y hoy cuenta apenas con 19 de los 513 diputados, 3 de los 81 senadores, y solo gobierna en el estado de Amapá y en 314 de los 5.570 municipios del país.
En los papeles, parece poseer poco músculo para romper la polarización de los brasileños en torno a Lula y Bolsonaro, respaldados por coaliciones amplias y variopintas y fuertes maquinarias políticas con presencia nacional.
La reunión del PDT ha abierto un ciclo de convenciones que los partidos deben realizar, según la ley electoral brasileña, para confirmar a sus candidatos.
Este jueves, hará lo propio el Partido de los Trabajadores (PT), que tiene como abanderado al ex presidente Lula, quien sin embargo no asistirá al acto, que se celebrará en Sao Paulo, pues se encuentra en medio de una gira por Pernambuco, su estado natal.
La convención del Partido Liberal (PL), que servirá de plataforma electoral a Bolsonaro, será realizada el domingo próximo en Río de Janeiro, su cuna política.
Con información de EFE
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