La madrugada del 19 de julio de 1979, Dora María Téllez, de 23 años entonces, se encontraba en las cercanías de Managua, al frente de la tropa que en unas horas después entraría al bunker donde el dictador Anastasio Somoza Debayle se refugió durante la guerra. Dos días antes, Somoza había huido de Nicaragua ante el avance de los guerrilleros sandinistas.
Daniel Ortega, por su parte, se encontraba en León, a donde llegó en un vuelo desde Costa Rica cuando la occidental ciudad nicaragüense estuvo segura, bajo el control de las tropas que dirigía Téllez. Ese 19 de julio quedó registrado como el fin de la dictadura somocista.
Por ironías de la historia, Dora María Téllez está hoy recluida en una mazmorra de castigo de la dictadura de Ortega y Daniel Ortega celebra los 43 años de la caída de la dictadura de Somoza.
Téllez no es la única guerrillera presa. “La cantidad de gente que proviene del sandinismo que ha sido apresada es enorme, ya no digamos todos los que estamos en el exilio”, dice la exguerillera Mónica Baltodano, quien buscó refugio en Costa Rica con toda su familia ante la inminente captura de ella, su esposo, el también exguerrillero Julio López Campos, y tres de sus cuatro hijos.
Hace 43 años, Mónica Baltodano entraba a Managua jefeando un batallón de unos 600 guerrilleros que avanzaron desde Granada. “Todas las fuerzas de todos los frentes teníamos la orden de avanzar sobre Managua”, relata. “Esperábamos resistencia de la Guardia (Nacional), pero solo hubo unas escaramuzas porque ya para entonces el ejército se había desmoronado tras la huida del dictador Somoza”.
Entre los presos políticos del régimen de Ortega también se cuenta Víctor Hugo Tinoco, jefe guerrillero que avanzaba con su tropa del norteño departamento de Matagalpa; Harry Chávez, jefe de un pelotón que se tomó las ciudades de Jinotepe y Granada; Irving Larios, quien para ese tiempo era jovencito integrado a la guerrilla sandinista desde el movimiento estudiantil; y Hugo Torres, un legendario guerrillero que participó en dos operaciones de rescate de prisioneros, entre ellos Daniel Ortega.
Hugo Torres murió el pasado 12 de febrero siendo prisionero de Daniel Ortega, el hombre que liberó de la cárcel somocista en diciembre de 1974.
Otra gran cantidad de presos políticos son hijos de aquellos que guerrilleros que entraron triunfantes el 19 de julio de 1979. La gran mayoría de presos políticos han sido condenados por cargos de “traición a la patria” en juicios señalados de “irregulares” por familiares y abogados defensores.
A Mónica Baltodano, le parece “una gran contradicción” que Daniel Ortega celebre la caída de Somoza. “Acabamos con aquella dictadura en 1979 y Ortega se ha vuelto a erigir en un dictador en algunos casos peor que Somoza”, apunta.
“Vivo este 19 de julio con rabia y tristeza porque yo y mi familia estamos conscientes que es una fecha histórica independientemente de lo que ha ocurrido hoy. Alguna vez esa fecha se recuperará”, dice.
Destaca que “la mayor parte de los comandantes de la revolución no respaldan a Ortega, ni siquiera su propio hermano, Humberto Ortega”.
“Para mí no queda nada del sandinismo en el orteguismo. Solo le queda la retórica y la mentira con la que manipula a una parte de su base y los símbolos de la revolución”, señala la exguerrillera.
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