El presidente Jair Bolsonaro invitó el lunes al cuerpo diplomático a escuchar sus acusaciones de que el sistema electoral de Brasil está expuesto a un fraude de cara a los comicios de octubre, en momentos en que va rezagado en su intento por conseguir un segundo mandato.
“El sistema es completamente vulnerable”, dijo a unos 40 diplomáticos invitados a su residencia en una sesión informativa sin precedentes, tres meses antes de las elecciones generales.
Bolsonaro no entregó pruebas que se podría producir un fraude, pero aludió al ingreso de un hacker al sistema de votación electrónica durante las elecciones que ganó en 2018, un hecho que según la policía no comprometió de manera alguna el resultado en las urnas.
Bolsonaro dijo a los diplomáticos que se debería llamar al ejército brasileño para ayudar a garantizar la transparencia en las elecciones del 2 de octubre. El líder de extrema derecha ha presionado a las autoridades electorales para que acepten un conteo de votos paralelo a cargo de las fuerzas armadas, que se han mostrado reticentes y descartan cualquier intervención.
Los diplomáticos que asistieron incluyeron a los enviados de Estados Unidos, la Unión Europea, Francia, España y Portugal, parte de los 50 embajadores invitados de entre 127 naciones que tienen misiones en Brasilia. La vecina Argentina no fue invitada.
Funcionarios estadounidenses han dicho que los brasileños deben confiar en sus instituciones democráticas. El año pasado, el director de la CIA, William Burns, dijo a altos funcionarios brasileños que Bolsonaro debería dejar de poner en duda el sistema de votación de su país, informó la agencia Reuters en mayo.
A su turno, y sin mencionar explícitamente a Bolsonaro, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Edson Fachin, dijo en un discurso que el debate político se ha visto “reducido por narrativas que tensan el espacio social” y que hay un “inaceptable negacionismo electoral”. “Es hora de decir basta a la desinformación. Es hora también de decir no al populismo autoritario, que pone en peligro la conquista de la Constitución de 1988″, agregó.
El pasado 7 de julio se conoció que congresistas estadounidenses introdujeron una enmienda en la NDAA —el presupuesto de defensa anual de EEUU— que insta al gobierno a investigar si las Fuerzas Armadas brasileñas van a interferir en las elecciones presidenciales que se celebrarán en Brasil el próximo 2 de octubre.
La enmienda señala que se debe investigar: interferencia en el conteo de votos, manipulación para tratar de revertir el resultado y participación en campañas de desinformación para cuestionar el sistema electoral y los resultados a través de protestas, redes sociales u otros medios de comunicación, informó Folhapress.
Si las autoridades estadounidenses encuentran algunas de las irregularidades antes mencionadas, Brasil podría quedar quedar sujeto a la Sección 7008, que prevé el fin de la asistencia de seguridad de EEUU a países en los que haya un golpe de Estado o ataques militares a la democracia. Además, el gigante sudamericano podría poner en peligro su condición como aliado extra OTAN, reconocimiento que fue obtenido en 2019 gracias a la gestión del entonces presidente Donald Trump.
El titular de la máxima autoridad electoral de Brasil, el Tribunal Superior Electoral, Edson Fachin, fue invitado a la sesión informativa del lunes junto con los diplomáticos, pero se negó, diciendo que no podía reunirse con un candidato electoral.
Bolsonaro, un nacionalista de extrema derecha que ha dicho que modeló su presidencia a partir del mandato de Donald Trump en Estados Unidos, se ha hecho eco de las acusaciones infundadas de fraude del ex presidente estadounidense en las elecciones de 2020.
Ha cuestionado reiteradamente el sistema de votación electrónica de Brasil, argumentando -sin pruebas- que es susceptible de fraude, lo que ha generado temores de que podría negarse a reconocer una derrota, como lo hizo Trump en las elecciones estadounidenses de 2020.
Sus intentos por desacreditar al sistema electoral de Brasil, que se ha utilizado desde 1996 sin evidencia de irregularidades, ha llevado a sus opositores a sospechar que Bolsonaro puede negarse a aceptar una posible victoria del expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien tiene una ventaja de dos dígitos en las encuestas de opinión.
(Con información de Reuters)
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