“A mamá le digo que quiero ser psicóloga, pero en verdad quiero ser narco”: la frase de una niña que conmocionó a Bolivia

La sentencia fue hecha a la periodista María Galindo en El Alto y sacudió a todo el país. Las consecuencias de una política errática

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“Quiero ser narco”, la respuesta de una niña en el Alto a la periodista boliviana María Galindo (YouTube)

Una niña de doce años dice que cuando sea grande quiere ser narco y una senadora que propone, de inmediato, legalizar las drogas en Bolivia, lo que sería un formalismo, porque de hecho están legalizadas. La periodista María Galindo entrevistaba a niñas de un colegio de El Alto y de pronto se encontró con una dicharachera: “Lo que le digo a mi mamá es que quiero ser psicóloga, pero sinceramente te voy a decir que quiero ser narco”.

La frase ha sacudido a todo el país, comenzando por la periodista (“Me quiero suicidar”), pero las noticias volvieron a ocuparse del campeonato de fútbol sub 17 “Copa Evo” que se celebrará en la región donde se produce la cocaína. Gobiernos que simpatizan con el cocalero Morales, como el de Argentina, decidieron aplaudir la iniciativa del torneo de fútbol, pero en Chile y Perú se han abierto debates sobre la conveniencia de que asistan sus clubes.

Morales visitó Argentina para confirmar la asistencia de Boca Juniors y River Plate en el torneo y fue recibido y homenajeado por el presidente Alberto Fernández. También estuvo en la ciudad de Rosario, la que más sufre las consecuencias de la droga que se produce allí donde se realizará la “Copa Evo”.

El gobierno de Estados Unidos informó esta semana que el año pasado la producción de coca en Bolivia alcanzó las 39.300 hectáreas, 17.000 más de las autorizadas por el cocalero Morales (22.000), aunque las que se necesitarían para atender la demanda tradicional de la coca serían solamente 6.000 hectáreas.

La senadora opositora Andrea Barrientos, sacudida también por aquella frase, anunció su intención de proponer la legalización de las drogas en Bolivia, comenzando por la marihuana de uso medicinal, pero todos saben que la droga principal en este país es la cocaína.

Antonio Escohotado, un experto español muerto hace seis meses, autor de “Historia general de las drogas”, solía decir que todo este embrollo fue creado por la Ley Harrison de Estados Unidos, en 1914, que tenía la intención de controlar el comercio de opio y las “sales de coca”, pero terminó influyendo para que en 1971 la ONU aprueba la convención internacional contra las drogas.

Las oficinas de la ONU en Ginebra donde trabajó Escohotado como experto a fines del siglo XX, ahora están desmanteladas, una demostración, decía él, de que esta guerra ya tiene un ganador.

La “Economía canalla”, así definida por la italiana Loretta Napoleone, reina en Bolivia y, según opositores locales, ha logrado poner en el gobierno del país al cocalero Morales, con recursos que le permiten controlar a las Fuerzas Armadas, la Policía y los jueces.

El dato de Estados Unidos sobre los cultivos de coca que existen en Bolivia no toma en cuenta que todos los parques nacionales de este país, sin excepción, han sido invadidos por productores de coca y que el departamento de Santa Cruz es atravesado por un corredor, que se propone unir el Chapare con Brasil, el primer consumidor de cocaína de las Américas y el puente para que la droga llegue a Europa y África.

La droga que se produce en el sur peruano llega a Bolivia para hacer ese recorrido por Brasil, algo que forma parte del servicio de asesoramiento que brinda Morales al presidente Pedro Castillo. Las fábricas de droga están en los nueve departamentos de Bolivia. Existen 308 pistas clandestinas disponibles para las avionetas que llevan la droga a los países vecinos, sobre todo Brasil y Argentina.

La niña que pronunció la frase del título vive en una ciudad donde 95% de las actividades económicas son informales o ilegales. Allí están las fábricas de droga que usan coca procedente de los Yungas de La Paz.

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