Muchos niños y mujeres fueron utilizados como “carne de cañón” durante el reciente paro nacional en Ecuador, condenó el presidente Guillermo Lasso. Con esto, el mandatario ecuatoriano denunció la maniobra utilizada por el movimiento indígena, organización que lideró las protestas, de utilizar a niños, mujeres embarazadas y ancianos presentados en la primera línea de los enfrentamientos con la Policía Nacional del Ecuador, personas que fueran organizadas como escudos humanos.
Escudo humano es un término de origen militar que describe la situación en la que se dispone deliberadamente de civiles en torno a objetivos de contención violenta para disuadir al enemigo de atacar. También se refiere al uso de personas para proteger un frente de manifestantes durante una circunstancia conflictiva, obligándolos a caminar delante de los combatientes, aunque la acción hubiera sido presentada como voluntaria.
El uso de esta táctica de orden militar es considerado como un crimen de guerra por instrumentos internacionales como los Convenios de Ginebra de 1949, el Protocolo Adicional I de los Convenios de Ginebra de 1977 y el Estatuto de Roma de 1998.
La denuncia sobre el uso de personas vulnerables como “carne de cañón” durante las recientes protestas planteada por el presidente Lasso se dio en un discurso durante la posesión de los nuevos ministros de economía, obras públicas, vivienda y de educación superior.
Carne de cañón es un coloquialismo que refiere a la persona o grupo de personas, generalmente en condición de marginación y vulnerabilidad, que son sometidas a vejaciones, violencia, lesiones o incluso la muerte. En su origen, se refiere a los soldados expuestos temerariamente a peligros mortales en el campo de batalla. La expresión describe la circunstancia en la que personas frágiles pierden su vida que resulta devorada por el fuego de los morteros en medio de una guerra.
Durante su discurso de posesión de las nuevas autoridades ministeriales el presidente Lasso aseguró que los cambios de gobierno no son un resultado de la crisis política provocada por la movilización social. Insinuó que los organismos internacionales de defensa y protección de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes, en especial el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (o UNICEF), deben pronunciarse sobre de infantes que fueron ocupados en las movilizaciones convocadas por el movimiento indígena del 13 al 30 de junio.
En el discurso pronunciado en el Palacio de Carondelet, el presidente del Ecuador convocó a los organismos internacionales y de derechos humanos a que se cuestionen sobre el papel de los niños en las protestas “donde infiltrados provocan violencia para herir y hasta para matar gente”. Agregó que no se debe olvidar el costo de la violencia calculado en más de mil millones de dólares, el uso de personas vulnerables como escudos humanos y en la intención de quienes se escondieron detrás de estos escudos de “destruir el orden constituido”.
Lasso designó a Pablo Arosemena como ministro de Economía y Finanzas, a Darío Herrera como ministro de Transportes y Obras Públicas, a María Gabriela Aguilera como ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda, y a Andrea Montalvo como secretaria de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación.
El mandatario explicó que una de las lecciones del paro nacional es la decisión del gobierno nacional de fortalecer su presencia en las comunidades rurales, que ese rol público lo van a acometer “con entereza y con decisión”, pero que “una condición fundamental (para avanzar en ese objetivo) es la paz y la tranquilidad de los ecuatorianos”. Agregó que no se puede luchar en contra de la “desnutrición crónica infantil y por otro lado ver el penoso espectáculo de regar al piso cantidades de litros de leche” como medida de protesta.
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