El régimen de Nicaragua, a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), sacó de programación al tercer canal católico en menos de dos meses y segundo en la presente semana, al ordenar la exclusión de la televisora San José en la ciudad de Estelí (norte), informó este miércoles su administración.
“Nos informaron que por orientaciones de Telcor fuese retirado el Canal Católico San José de la frecuencia en la cual transmitía nuestra programación regular”, indicó la televisora religiosa en una declaración.
La exclusión fue confirmada por uno de los sacerdotes de Estelí, a través de un mensaje telemático enviado a la agencia de noticias EFE.
La salida del Canal Católico San José ocurrió el lunes pasado, el mismo día que Telcor ordenó la exclusión del Canal Católico de la Diócesis de Matagalpa (norte), que ya había sido informada por el obispo nicaragüense Rolando Álvarez.
Ambas televisoras, cuyas programaciones eran transmitidas a través de televisión por suscripción, están a cargo de Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador de la Diócesis de Estelí, quien en mayo pasado denunció ser víctima de persecución por parte de la Policía Nacional, cuyo jefe supremo es el dictador Daniel Ortega.
Álvarez, encargado del área de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, también dirige el Canal Católico, clausurado el 20 de mayo pasado, luego de que el obispo denunció ser víctima de persecución policial y anunciara una jornada de ayuno, oración y exorcismo indefinido, hasta que el asedio concluyera.
En la denuncia de mayo pasado, Álvarez afirmó que Ortega quiere “una Iglesia muda”, pero que “si la Iglesia callara, las piedras gritarían”.
Los tres canales excluidos de la programación televisiva anunciaron que continuarán evangelizando a través de sus páginas en Internet y sus redes sociales.
IGLESIA-SANDINISTAS: 43 AÑOS DE ROCES
Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia Católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.
El actual distanciamiento creció a partir de abril de 2018, cuando los sacerdotes nicaragüenses ofrecieron sus parroquias para albergar a jóvenes que huían de los ataques armados de policías y civiles contra masivas manifestaciones antigubernamentales, que dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de los cuales Ortega reconoce 200.
Ortega ha tildado de “terroristas” a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.
También los ha calificado de “golpistas”, acusado de ser cómplices de fuerzas internas y de grupos internacionales que, a su juicio, actúan en Nicaragua para derrocarlo.
Nicaragua vive una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.
(Con información de EFE)
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