Impacto ha provocado en Chile la confesión de un grupo de delincuentes que dieron muerte a una conocida activista trans chilena a la que enterraron en una playa. Los hombres actualmente están en prisión preventiva.
La víctima fue identificada como Yuridia Pizarro de 55 años y vivía en la Caleta Caramucho, ubicada a casi 1.700 kilómetros al norte de Santiago de Chile. Allí se ganaba la vida atendiendo al público en su panadería llamada San Pedro.
El cadáver fue encontrado en la costa sur de la ciudad de Iquique tras una denuncia por presunta desgracia que fue presentada el martes 31 de mayo. Hasta el momento hay tres detenidos por este caso.
Según el sitio de noticias SoyIquique.cl, el caso se remonta al 29 de mayo cuando sus familiares recibieron un aviso que Yuridia no estaba en su casa. Al otro día la familia fue al hogar para preguntar por ella a un hombre de nacionalidad colombiana, pero éste manifestó que Yuridia había viajado a Bolivia. La víctima era una conocida bailarina en la Diablada Corazón de San Lorenzo, una fiesta religiosa típica del norte de Chile.
Sin embargo, al regresar a la casa, la familia vio que no estaba el vehículo de Yuridia y que sus pertenencias lucían desordenadas, acudiendo posteriormente a Carabineros para presentar la denuncia por presunta desgracia. La víctima estuvo desaparecida por 4 días hasta que fue encontrada cuando uno de los imputados confesó el crimen.
La confesión del crimen
Según BiobioChile, Néstor Cuellar de 29 años caminaba en una autopista en medio del desierto cuando visualizó un auto de Carabineros. Lo detuvo y confesó que había sido “testigo” de un crimen. Después, en un punto al sur del aeropuerto de Iquique, la víctima fue encontrada en una playa.
Para Néstor, el culpable sería el colombiano Jonathan Cañon de 21 años, quien vivía con Yuridia hace casi un año. Su confesión apunta a que el 29 de mayo fue a la panadería de la víctima y se percató que ella estaba discutiendo con Cañon. “Jonathan le pegó tres combos en la cara, quedando contra la pared de la cocina, para luego tomarla del cuello con la mano derecha y empezar a asfixiarla mientras le decía ‘usted lo que merece es morirse’”, dijo Néstor.
Al ser testigo de esta muerte, Néstor intentó arrancar pero Jonathan lo detuvo y lo amenazó de muerte. “Si dices algo te mato a ti y a toda tu familia en Colombia”, mientras lo apuntaba con un cuchillo.
Contradicciones
Tras la muerte de Yuridia aparece en escena Luis Ballesteros, más conocido como “El Chutas”, quien había ingresado hace poco a Chile de forma ilegal. Antes del crimen, este hombre vivió unos días junto a la víctima pero luego lo echaron del lugar. El 29 de mayo Jonathan lo fue a buscar y le dijo que la dueña de la casa había viajado a Bolivia y que regresaría en un mes.
“Cuando llegamos a la casa, Jonathan me confesó que había la había matada. Después lo echó en el furgón y la fue a enterrar al desierto. No me dijo si fue solo o acompañado, tampoco detalles claros de dónde la enterró, diciéndome además que Pedro tenía plata en una cuenta y que él era el que manejaba las claves”, dijo Ballesteros.
Néstor tiene otra opinión del entierro porque asegura que él, Jonathan y Luis ayudaron a trasladar el cadáver, pero después no habría participado más de esto. “El Chutas le dijo (a Jonathan) “yo le ayudo”, cavando con la misma pala. En mi caso, yo no quise participar en eso a pesar de que Jonathan me dijo que le ayudara. Una vez que tenían un agujero no muy profundo, Jonathan y El Chutas bajaron el cuerpo de Pedro y lo tiraron al hoyo, comenzando a rellenarlo con tierra. Al finalizar le pusieron un sillón viejo que estaba botado en un basural”, dijo Néstor.
Una vez descubierto el cadáver por las autoridades, los sujetos fueron presentados ante la justicia. Hoy todos están en prisión preventiva.
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