El libro ecuatoriano Entre ushucutas y juanescas que recoge la tradición alrededor de la fanesca, una sopa que se come en semana santa y recuerda a Jesús y sus apóstoles, ganó una de las categorías de los Gourmand World Cookbook Awards, conocidos como los “Oscar de la gastronomía”. El texto compitió con otros 16 países del mundo como Zambia, Uruguay, Siria, España, Singapur, Israel, Alemania, entre otros.
La editorial de la Universidad de las Américas fue la encargada de la producción del libro que tiene 116 páginas y reúne a 10 autores entre los que se encuentran Manuela Gallegos, María Paz Chacón, Andrés Eduardo Ambuludi, Ingryd Miranda Cárdenas, Luciano Moreno Aldaz y otros.
Cada relato del libro está acompañado con fotografías sobre la fanesca y la tradición ecuatoriana alrededor de la sopa preferida en Semana Santa. Por eso, el texto ganó en la categoría de Mejor Fotografía. En su cuenta de Twitter, la Universidad anunció la noticia y mencionó que “este reconocimiento nos llena de satisfacción y renueva nuestro compromiso por resaltar el trabajo editorial, el conocimiento y la cultura de nuestro país”.
Para el novelista Francisco Proaño, este libro se creó con mucha dedicación “enhebrado entre la reivindicación de nuestra herencia cultural e identitaria, la inquisición en la historia y, más que nada, con profundo afecto a la tierra nutricia y con un sentimiento de nostalgia”, según recoge El Universo.
Los Gourmand World Cookbook Awards premian los mejores libros de gastronomía y vinos editados en distintos formatos. También entrega galardones a la televisión gastronómica. La web oficial del premio describe al reconocimiento como “una oportunidad única para construir la imagen de la cultura alimentaria de un país, para mostrar al mundo su espíritu”.
Una sopa sobre Jesús, los apóstoles y los santos
La Fanesca es, como tantas en Latinoamérica, una tradición que fusiona la cosmogonía indígena con las creencias religiosas que llegaron en la colonia. La sopa que los ecuatorianos comen en Semana Santa, también se la conoce como Ushucuta. Este platillo termina con la abstinencia y el ayuno de la cuaresma y la Semana Mayor. Lleva doce granos y cada uno mezcla un símbolo católico con los ritos indígenas.
Hay varias teorías sobre quién o quiénes crearon la Fanesca. Una de las leyendas cuenta que los colonizadores españoles contrataron a un chef francés para que elabore un plato que pueda servir como penitencia, la condición era que el platillo sea “pesado”.
También se cuenta que la Fanesca fue inventada por una mujer de nombre Juana, quien sirvió el plato en un monasterio de Quito. Según esta historia, cuando la sopa se creó, se llamaba Juanesca y luego su nombre mutó al que ahora conocemos.
A pesar de esos mitos, la historia más aceptada se origina en la época prehispánica, a una tradición indígena propia de la celebración del Mushuc Nina, o día del Fuego Nuevo. Este ritual evoca la época del florecimiento y del renacer a través del sol, como elemento proveedor de energía para la comunidad y señala el comienzo del nuevo año andino, según explica la información oficial del Ministerio de Turismo del Ecuador. Uchucuta, el nombre kichwa de la sopa, significa granos tiernos cocidos con ají.
Los doce granos con los que se cocina la fanesca representan a los apóstoles de Jesús, pero también a otras figuras religiosas.
Por ejemplo, el choclo recuerda a San Pedro, la soya andina a Judas Iscariote, las habas a María Magdalena, la cebolla a la Virgen María. Jesús está representado con el bacalao. Mientras que las arvejas, el fréjol y el cilantro simbolizan a San Antonio, a los reyes magos y a San Martín de Porres respectivamente.
San Francisco de Asís está presente en la sopa con el zapallo. Los lácteos que se ocupan en la preparación recuerdan a San Agustín y las frituras que se incluyen en la fanesca representan a los familiares, parientes políticos y otras visitas que llegarán durante la semana santa.
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