En una reunión llevada a cabo entre el ministro de Relaciones Exteriores uruguayo, Francisco Bustillo, y su par brasileño Carlos França, ambos pactaron un arancel cero para toda la producción uruguaya realizada en zonas francas y áreas aduaneras especiales. El acuerdo estará vigente por un plazo ilimitado.
Según informaron fuentes del gobierno a El País, el protocolo firmado “tiene un valor para Uruguay equivalente a un acuerdo de libre comercio con Brasil” en lo que respecta a toda la producción industrial proveniente de zonas francas uruguayas.
Además, Uruguay podrá importar yerba mate “en los casos que se constaten límites máximos de cadmio, exceptuando de esta forma una norma sanitaria a nivel Mercosur”, informó El Observador. Esta medida es de gran relevancia para Brasilia si se toma en cuenta que el mercado uruguayo representa el 60% de sus exportaciones y que desde 1994 la producción realizada en zonas francas no podía comercializarse con preferencia arancelaria en el mercado brasileño.
Dentro de los 6.195 productos incluidos dentro del arancel del Mercosur se encuentran bebidas, medicamentos, celulosa y subproductos químicos, además de que se espera que en un futuro se agregue el cannabis medicinal.
El acuerdo fue concretado este jueves en el marco de la Cumbre de las Américas, que se lleva a cabo en la ciudad de Los Ángeles, pero las negociaciones comenzaron hace varias semanas encabezadas por el Ministerio de Economía. No obstante, existen distintos puntos sensibles que continúan en conversación.
Respecto a temas regionales, Bustillo y França coincidieron en que el Mercosur necesita una mayor flexibilización que se pueda ajustar a “especificidades” y respondan a “intereses y sensibilidades” de los países incluidos en el bloque. El canciller uruguayo compartió su par la situación que transita su país respecto a la posible apertura a negociaciones con China y Turquía, entre otros posibles países.
En tanto, ambos concordaron en que el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur “no refleja las necesidades actuales del bloque y que una reducción del mismo contribuirá para aumentar los niveles de competitividad y productividad de sus economías”. Aunque para concretar un porcentaje de reducción se necesita el consenso de todos los países involucrados, Brasilia propone una reducción del 20%.
Con este acuerdo ambos gobiernos resolvieron los desencuentros que habían limitado la relación durante los últimos meses, cuando Uruguay rechazó la propuesta de Brasil –negociada con Argentina y respaldada por Paraguay– para bajar el AEC del bloque en un 10% para una lista de 6.195 productos. En ese entonces, la prioridad de Uruguay era “flexibilizar” el bloque entonces condicionaba su apoyo a la reducción del AEC a que se lo habilitara explícitamente a negociar con terceros de forma bilateral.
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