En una plaza comercial de Samborondón, a 19 kilómetros de Guayaquil, un hombre, que se movilizaba con su esposa e hija en un auto blindado de alta gama, fue baleado al menos 60 veces por sicarios. El hombre de 41 años quedó herido y fue trasladado a varios hospitales, pero incluso hasta allí fue perseguido por casi 20 personas que buscaban matarlo.
Los primeros reportes decían que la víctima de ese hecho violento era un empresario, pero luego se descubrió que se trataba de José R.L., más conocido como Joselo. Esta no sería la primera vez que se salva de la muerte, pues según la Policía, ya habían intentado matarlo en 2019.
Luego del último intento de terminar con su vida, Joselo fue trasladado a una clínica privada en el sur de Guayaquil, pero sus enemigos lo siguieron y en el lugar se produjo un cruce de balas, lo que obligó a que lo llevaran a otro hospital a ser atendido. En ese lugar, la Policía detuvo a 18 personas que buscaban asesinarlo.
Joselo sería uno de los líderes de Los Lagartos, una de las pandillas carcelarias más prolíficas de Ecuador, cuya rivalidad con Los Choneros ha generado niveles de violencia sin precedentes en las calles y el sistema penitenciario de Ecuador, según Insight Crime, la plataforma especializada en seguridad y crimen organizado. Esta banda ha mantenido un perfil bajo desde que su principal líder, alias Gorras, muriera en junio de 2020 por COVID-19.
Joselo es consuegro de alias Gorras y, de acuerdo a la información conocida por El Universo, este intentaría apoderarse de la zona sur de Guayaquil para ampliar la venta de drogas que ya lidera en algunas cooperativas de vivienda cercanas al lugar, donde viven sus familiares. Joselo dejó su barrio natal y se mudó a una urbanización privada. El auto donde fue atacado estaba blindado y está valorado en unos USD 100.000.
Aunque ahora fue víctima, Joselo tiene un largo historial delictivo que inició en el 2004. Ha estado preso por delitos relacionados con las drogas y tiene procesos por allanamiento, robo, tráfico de armas y asociación ilícita. Sin embargo, actualmente es investigado por un asesinato que sucedió en marzo del 2020. En ese asesinato murió Ronald Nieto Torres, quien había recibido amenazas de alias Gorras por pugnas de territorio.
Joselo mantiene medidas cautelares pues el juez no consideró necesaria la prisión preventiva, por lo que debe cada semana presentarse en un juzgado. Mientras se recupera, Joselo tiene resguardo policial.
Según Insight Crime, Los Lagartos ofrecen servicios de asesinato y seguridad a traficantes locales e internacionales a cambio de dinero en efectivo, productos para vender o la oportunidad de invertir en envíos internacionales.
Los principales rivales de esta banda criminal son Los Choneros, una de las pandillas más antiguas del Ecuador y que actúa desde los 90, tienen 12.000 miembros. Sus integrantes están en las cárceles de las provincias Cotopaxi, Santo Domingo, Manabí y Guayas.
La rivalidad entre Los Lagartos y Los Choneros acrecentó la violencia en las prisiones donde cada pandilla buscaba el control de las economías criminales en las cárceles de todo el país.
Con la muerte de su principal líder, alias Gorras, Los Lagartos se debilitaron y acordaron una tregua con Los Choneros a cambio de seguridad total en la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más violenta del Ecuador y donde cumple prisión uno de los cabecillas de Los Choneros, alias Fito.
De acuerdo con Insight Crime, Los Lagartos parecen carecer de la organización interna necesaria para proyectar un frente unificado, pero con Los Choneros obligados a defenderse de una rebelión de algunas de sus pandillas proxy, Los Lagartos pueden tener la oportunidad de reorganizarse.
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