Cuando Rusia quiere alguna materia prima boliviana, como tierras raras o litio, el gobierno de Luis Arce dice sí, de inmediato.
El año pasado, después del acuerdo para la llegada a Bolivia de las vacunas Sputnik V, el gobierno de Arce recibió una llamada de un funcionario de Vladimir Putin: Rusia quiere tener control de los territorios bolivianos donde existan tierras raras. Eso lo dijo The Economist Intelligence Unit.
Arce se limitó a decir que los acuerdos con Rusia contienen una “cláusula de confidencialidad”, por lo que no se podía revelar el precio de las vacunas ni, por supuesto, nada sobre las tierras raras, 17 elementos químicos muy útiles para computadoras, celulares y armas.
Ahora ha llegado el momento del litio. Según medios españoles, el gobierno de Arce ha decidido preferir a empresas rusas para la explotación directa de las reservas de litio de los gigantescos lagos de sal, salares, del altiplano sur.
En mayo pasado, el ministro de Industria y Comercio ruso, Vladimir Demidov, dijo que Bolivia era la única oportunidad que tenía su país para lograr un seguro abastecimiento de litio, el metal blanco.
Esta orden rusa llega a Bolivia en un momento incómodo, porque el gobierno estaba en vísperas de elegir a la empresa que se hará cargo de la explotación “directa” del litio. Y en la lista de las empresas interesadas no figuraba ninguna de origen ruso; son seis, de Canadá, Estados Unidos, Alemania, pero ninguna rusa.
La selección ha terminado y ahora se esperaba el anuncio de la empresa elegida, pero de acuerdo a un adelanto de Siglo 21, queda abierta la duda: ¿será elegida una empresa rusa, aunque no haya participado en la licitación, o se anulará la licitación?
Porque se da por descartado que el gobierno de Arce desoiga los deseos de Putin. Toda vez que hay algún tema de interés ruso, el embajador Miklail Ledenev recuerda al gobierno boliviano que tiene una deuda con su país. Se trata de centros de medicina nuclear que Rusia dijo que instalaría en Bolivia pero que se están demorando mucho, ahora debido a los delirios bélicos de Putin, que han bloqueado toda esa región.
Y también hay el proyecto de instalar un centro de desarrollo nuclear en El Alto de La Paz, pero que está demorado debido a problemas de abastecimiento de agua.
El pedido ruso llega cuando el gobierno de Arce estaba arrastrando una muy larga demora en el desarrollo del yacimiento de litio más grande del mundo, el salar de Uyuni, con reservas de 21 millones de toneladas.
Hasta ahora, desde el gobierno de Evo Morales, el MAS ha invertido 930 millones de dólares en el proyecto del litio, pero Bolivia no figura en las estadísticas internacionales sobre la exportación de carbonato de litio, donde brillan los vecinos Chile y Argentina.
Eso de “explotación directa” se refiere a que ya no habrá la condición de que sea el Estado boliviano el que maneje el negocio, como decía la condición anterior.
La única duda que hay sobre la decisión que tome Arce acerca del litio y el pedido ruso, es que el presidente decida romper su dependencia de los compromisos de Morales, quien está lanzado en una campaña de desestabilización y ha acusado al presidente de corrupto.
Y pensar que Arce fue ministro de economía del gobierno de Morales durante trece años, y está como presidente porque el cocalero así lo decidió.
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