Al menos 11 personas murieron este martes durante un intercambio de disparos en una operación policial en una favela de la zona norte de Río de Janeiro, según informó la Policía Militar.
Entre las víctimas, se encuentran diez sospechosos de integrar un grupo criminal y una mujer vecina de la región de Vila Cruzeiro, de acuerdo con las primeras informaciones divulgadas por la corporación. La mujer fue identificada como Gabriele Ferreira da Cunha, de 41 años.
De acuerdo a lo que informó el medio G1, otras dos personas resultaron heridas y fueron trasladadas al Hospital Getúlio Vargas, en Penha.
El objetivo de la incursión policial era detener a jefes del grupo criminal Comando Vermelho, una de las principales facciones delictivas del país, que se encontraban escondidos en el complejo de favelas de Penha.
Los residentes informaron que comenzaron a escuchar disparos a las 4:00 de la madrugada.
La Policía afirmó que fue recibida a tiros por supuestos criminales, quienes huyeron hacia una zona boscosa en la parte alta de la favelas, donde prosiguen los tiroteos.
Según el primer balance, los policías aprehendieron nueve fusiles, cuatro pistolas y granadas.
Por su parte, la Secretaría de Educación Municipal indicó que 11 escuelas de la región están cerradas y que este martes brindarán clases de forma remota.
“A las cuatro de la mañana empezó el operativo aquí en Vila Cruzeiro. Mucho tiro, pero mucho tiro. Los policías entraron aquí con varios autos”, manifestó un vecino al portal G1; mientras que el teniente coronel Iván Blaz, vocero de la Policía Militar, dijo que el objetivo es localizar a delincuentes de otros estados que se esconden en Vila Cruzeiro.
El tiroteo de este martes tiene lugar un año después de que una operación similar dejara 28 muertos en la favela de Jacarezinho, siendo considerada la más letal de Río de Janeiro.
El miedo persiste en Jacarezinho
Un año después de la operación policial más letal en la historia de Rio de Janeiro, la favela de Jacarezinho todavía convive con el miedo, en el marco de una ocupación de las fuerzas del orden para “reconquistar el territorio”.
Lanzado en enero pasado por el gobierno del estado de Rio, el programa “Cidade Integrada” (”Ciudad Integrada”) tiene como objetivo oficial recuperar el barrio del dominio del narcotráfico y mejorar los servicios sociales.
Pero la presencia de la policía está lejos de tranquilizar a los habitantes de esta favela, donde viven unas 80.000 personas.
“Todo el mundo está con miedo. Que la policía esté aquí todo el tiempo no nos da una sensación de seguridad, al contrario”, dice una comerciante de 31 años que pidió no ser identificada por temor a represalias.
Dos camiones blindados de la policía están apostados cerca de su tienda; de él salen regularmente agentes fuertemente armados para patrullar la zona. Los transeúntes evitan cruzar la mirada con los policías mientras circulan por las estrechas callejuelas, atravesadas por cables de luz eléctrica que a veces penden hasta el suelo.
“Desde que empezó ‘Cidade Integrada’, hemos visto tiroteos casi cotidianamente, sin previo aviso”, lamentó Pedro Paulo da Silva, investigador especialista en Seguridad de la ONG Labjaca, que actúa en el barrio.
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