La Policía uruguaya procesó con prisión al principal sospechoso del homicidio de Lola Chomnalez por un delito de homicidio muy especialmente agravado y el hombre podría enfrentar una pena de entre 15 y 30 años de prisión.
Casi ocho años después del asesinato, el camino para llegar al principal culpable fue largo y “de película”, según dijo ayer en rueda de prensa Juan Raúl Williman, uno de los abogados de la familia de la víctima.
La estrategia de los abogados fue clara: había que tener muestras de ADN de todas las personas privadas de libertad para poder llegar hasta el asesino de Lola. De esa manera, las pruebas eran almacenadas en un banco de ADN de la Policía Científica.
A pesar de que no aparecía ningún recluso con indicios de haber sido el asesino de Lola, una investigación de otro caso fue el puntapié para llegar hasta el hombre que ahora está procesado.
En mayo de 2020, un hombre cometió un triple crimen a jóvenes de la marina que estaban haciendo el turno de la noche en el puesto de la Armada en el Cerro. El asesino fue el exmarino Jonathan Bragundi, nacido en Rocha. Durante esa investigación se analizaron las huellas dactilares de varios reclusos y uno de ellos tenía un registro de huellas genéticas con un “mapa” muy parecido al encontrado en las pertenencias de Lola Chomnalez, según informó El País.
A través de ese recluso con el “mapa” similar al del asesino de Lola se llegó a determinar un parentesco con otra persona que había sido procesada por violación en 2009 en el balneario La Paloma. Se trataba del hermano del recluso y sus muestras de ADN coincidieron en un 99,9% con la toalla y el DNI de la joven, según indicó este jueves la fiscal Jessica Pereyra.
Al ser detenido, el hombre se negó a realizarse una prueba de ADN, pero se le incautó un cepillo de dientes y de allí se extrajo una nueva muestra.
“Queremos resguardarnos y ser cautelosos. Siento una mezcla de emociones todas juntas. Predominan el alivio y la esperanza”, dijo este jueves la madre de Lola, Adriana Belmonte, a TN mientras aguarda viajar a Uruguay.
El asesinato de Lola
El sábado 27 de diciembre de 2014, Lola Chomnalez viajó a Uruguay y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández. Al día siguiente, la adolescente salió a caminar por la playa y desde allí no se supo de ella. De inmediato, su familia radicó la denuncia e inició una intensa búsqueda. 48 horas después, su cuerpo fue encontrado en una zona de médanos ubicada a 4 kilómetros de la vivienda de su familia.
A partir de la autopsia, los peritos determinaron que la joven tenía varios cortes en su cuerpo, los cuales fueron realizados con un arma blanca. Además, se constató que murió por asfixia por sofocación.
En el marco de la investigación por el asesinato de Lola ya había un detenido, acusado de “encubrimiento”, Ariel Moreira, un cuidacoches apodado “El Cachila”, para quien la fiscal Pereira solicitó el mes pasado una condena a 10 años de prisión.
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