Con más frecuencia, Ecuador empieza a vivir escenas nunca antes vistas. La madrugada de este jueves, en Esmeraldas, ubicada en la frontera norte del país, dos coches bomba explotaron simultáneamente en dos lugares de la ciudad. La Policía Nacional confirmó que los explosivos usados en los vehículos fueron de alto impacto. El ministro del Interior, Patricio Carrillo, aseguró que hay cinco detenidos relacionados con las detonaciones.
La escena que aterrorizó a los esmeraldeños sucedió durante el Estado de Excepción que declaró el presidente Guillermo Lasso para controlar los altos índices de violencia en tres provincias, incluida Esmeraldas. Sin embargo, por los últimos hechos, la medida parece no tener efecto.
Los vehículos que explotaron eran un auto color gris y un taxi amarillo. El primero detonó en la calle Colón, entre El Oro y Batallón Montúfar, frente al colegio Luis Vargas Torres; el otro explotó en las calles Espejo y Malecón. Hay dos kilómetros de distancia entre ambas locaciones. Las detonaciones sucedieron al mismo tiempo.
El comandante de la Policía Nacional en Esmeraldas, Javier Buitrón, dijo que los causantes de las detonaciones colocaron tanques de gas en los dos vehículos para que, junto con los explosivos de alto impacto, la onda expansiva y la magnitud de la explosión sea mayor: “Hubo tres explosiones en cada vehículo, explotó el material que colocaron, el cilindro de gas y el tanque de combustible”, explicó el comandante. Hasta el momento no se han registrado víctimas de las explosiones, pero sí hay daños materiales.
Pero el crimen no solo incluyó las detonaciones, sino también el secuestro de los conductores de los vehículos. Los hombres fueron maniatados y abandonados en distintos lugares de la urbe. Según Buitrón, los criminales quieren mostrar su poder delictivo a las autoridades y a los ciudadanos: “Este es un mensaje que los delincuentes están dando a la comunidad y a las autoridades. Ellos quieren demostrar su poder de destrucción. Estamos haciendo las indagaciones para dar con los responsables de este atentado”, dijo.
De acuerdo con lo publicado por la periodista Karol Noroña, especializada en seguridad, las explosiones sucedieron unas horas después de que el abogado y ex fiscal Juan Neira fuera asesinado en el centro de la ciudad.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, informó en su cuenta de Twitter que, en Esmeraldas, la Policía allanó varias viviendas donde se decomisaron armas, municiones y explosivos. También anunció que ya hay 5 detenidos y señaló que “además, hoy se realiza la detención de 6 sujetos presuntamente relacionados con trata de personas con fines de formación paramilitar”.
El presidente Guillermo Lasso decretó el 29 de abril el Estado de Excepción en Guayas, Esmeraldas y Manabí. En esas tres provincias se ha registrado un incremento de la delincuencia y de las muertes violentas. Para tratar de contener la violencia, Lasso ordenó que 4.000 policías y 5.000 militares se trasladen a esas provincias para que realicen actividades de control.
Aunque la medida tendrá una vigencia de 60 días, desde que inició el Estado de Excepción, no se ha dejado de reportar muertes violentas, sicariatos, amenazas de bombas y otros actos de violencia.
Los índices de violencia han aumentado, según la versión oficial, porque el Ecuador está en una guerra contra el narcotráfico. Además de la inseguridad en las calles, las masacres en las cárceles no han cesado. La última sucedió en una prisión de Santo Domingo, a 152 kilómetros de Quito, que dejó 44 muertos. Esa es la quinta masacre durante el gobierno de Guillermo Lasso, quien cumplirá un año en el poder el próximo 24 de mayo.
Los ciudadanos piden que hayan acciones contundentes para combatir la violencia y la inseguridad. Incluso cuatro bandas criminales emitieron un comunicado donde aseguran que buscan la paz. Los Lobos, Los Tiguerones, Los Chone Killers y Los Latin Kings aseguran que dieron un “primer paso de pacificación voluntaria a nivel nacional”. Los líderes de estas agrupaciones delictivas dicen que podrían entregar las armas en las prisiones y aseguran que no defienden a ningún cartel internacional del narcotráfico, contradiciendo así a la versión oficial que los vincula con el cartel Jalisco Nueva Generación.
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