José Carlos Acevedo, el intendente del municipio paraguayo de Pedro Juan Caballero que fuera atacado por un grupo de desconocidos este martes continúa en estado crítico e internado en una clínica privada de esa ciudad. El jefe comunal recibió una ráfaga de siete disparos -cuatro de ellos impactaron en su cuello- y fue trasladado de urgencia al centro de salud Viva Bien donde lucha por su vida y donde los médicos lograron revivirlo tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.
Acevedo -miembro del Partido Liberal Radical Auténtico, PLRA- se retiraba a las 16.31 exactas de una reunión de la Junta Municipal en donde participaron varios concejales y estaba a bordo de su camioneta Mercedes Benz cuando fue atacado por tres sicarios con una ráfaga de disparos, según consignaron medios locales, frente a la sede comunal. Pedrojuán -como la mayoría de los locales llaman a esta ciudad- es una localidad paraguaya a 450 kilómetros de Asunción que está en permanente guerra contra el crimen organizado, principalmente el narcotráfico.
El hermano de la víctima y gobernador de Amambay, Ronald Acevedo señaló que el estado del intendente de la comuna se encuentra en “etapa crítica” tras el atentado que sufrió en horas de la tarde. Además, se lamentó por la falta de políticas oficiales para apoyar los esfuerzos para luchar contra el crimen organizado: “La guerra está perdida”, dijo en declaraciones al diario ABC.
“Está en estado crítico, grave, esperando las horas para trasladarlo a un centro más complejo; estamos evaluando llevarlo al Brasil. Hizo un paro prolongado”, indicó en la mañana del miércoles en comunicación con la radio 650 AM. De acuerdo con el último informe médico el intendente recibió en total 7 disparos, 4 a nivel del cuello, 2 a nivel del miembro superior derecho, mientras que 1 a nivel del miembro superior izquierdo. “Somos muchos los que luchamos contra este flagelo ante este gobierno. Se está perdiendo la guerra. Tenemos que estar a favor del pueblo, esa gente está destruyendo a los jóvenes y se tiene que poner pecho, ya que las autoridades no lo hacen. Siendo presidente de la República, Mario Abdo, tenía que ordenar nomás ya las acciones”, añadió el gobernador.
Acevedo también vinculó el atentado contra su hermano con el reciente homicidio del fiscal Marcelo Pecci, quien fuera asesinado el pasado 10 de mayo en Colombia durante su luna de miel en la isla de Barú, donde dos sicarios terminaron con su vida frente a su esposa mientras disfrutaban de la playa. “Hacemos nuestro trabajo, como le pasó a Pecci”, dijo el gobernador al ser consultado sobre por qué podrían haber intentado terminar con la vida del intendente.
Pecci, por su parte, era el encargado de investigar el atentado que se cobró la vida de la hija del gobernador Acevedo, Haylee Acevedo, en la misma localidad el 9 de octubre de 2021. El administrador de Amambay señaló que su hermano no había recibido ningún tipo de amenaza.
Conmoción en Pedro Juan Caballero
“Ellos lo rociaron a balazos. Después abordaron un vehículo color gris y se fugaron”, manifestó un testigo presencial del hecho, citado por el diario local La Nación. Los agentes policiales contabilizaron en la zona al menos 15 disparos. “Había mucha sangre, había recibido disparos en el cuello y en el pecho. Yo estaba cerca, estaba del otro lado. Cuando fue auxiliado se le veía bien”, dijo un funcionario de la intendencia en declaraciones al diario ABC. Dicho funcionario también señaló que Acevedo realiza una lucha frontal contra el narcotráfico en la zona.
El comisario Éver Caballero, director de la Policía de Amambay, advirtió que Acevedo tenía designada custodia policial, pero el concejal César Lesme dijo que, durante la reunión de este martes, el intendente no estaba con guardaespaldas. Acevedo, de 53 años, es hermano del fallecido parlamentario Robert Acevedo y del actual gobernador departamental, Ronald Acevedo, quien, tras el incidente, dijo que el presidente Mario Abdo Benítez “es el único responsable de todo lo que está ocurriendo en la ciudad”.
La capital narco de Sudamérica
En marzo de 2017, Infobae contaba detalles de cómo los narcos se manejaban en esta ciudad, núcleo de la marihuana en la región. Los protagonistas de las historia de sangre en esta ciudad limítrofe son capos paraguayos y brasileños que cruzan de un lado a otro por la frontera seca como sino existiera una división entre ambos países. Una dinámica geográfica ideal para el tráfico a gran escala: nada impide caminar de un lado al otro de la Avenida Dr. Francia que separa Paraguay de Brasil en el departamento de Amambay.
Pedrojuán, como la mayoría de sus 100 mil pobladores llama a esa ciudad, es una localidad que está partida en dos. “El 50 por ciento de la población vive del narcotráfico”, había asegurado hace poco tiempo nada menos que el ex titular del Congreso Nacional y originario de ese lugar fronterizo Robert Acevedo, hermano del actual gobernador y del intendente. “Lamentablemente debemos asumir esa realidad, por más que se enojen mis compueblanos”, dijo entonces.
La capital narco de América Latina, como se la comienza a conocer en la actualidad, mantiene lazos con el tráfico de marihuana desde hace más de 20 años. Pero los niveles de violencia que se desarrollan por estos años resulta inédito.
Según datos aportados por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Paraguay se ha transformado en el “principal productor de marihuana de la región”. La capital de Amambay es la líder y sus características no sólo permiten el cultivo de la marihuana, sino que la hacen ideal para que sea un corredor de cocaína y armamento. Las tierras de esta región “son propicias para este menester y su productividad es altísima, tanto en volumen como en calidad”, asegura un análisis oficial.
Se calcula que al menos 300 miembros del PCC y del Comando Vermelho están del lado paraguayo, operando en Pedrojuán. “Amambay es el preferido de miembros del Comando Vermelho y del PCC por nuestra frontera seca de 400 kilómetros”, denunció Robert Acevedo hace años. El senador también fue víctima de dos atentados contra su vida: en 2010 recibió dos disparos y en el ataque murieron su chofer y un custodio y en 2018 falleció uno de sus guardias. Acevedo murió por COVID en febrero de 2021.
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