El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, justificó este lunes el fin del estado de “emergencia” en vigor desde 2020 debido al covid-19, pero aclaró que eso no supone que la pandemia haya acabado, pues el virus “sigue circulando”.
El “estado de emergencia en la salud pública” fue decretado el 3 de febrero de 2020, antes de que se confirmara el primer caso en el país, y permitió la adopción de cientos de normativas para hacer frente a la pandemia que ahora serán derogadas gradualmente, indicó el ministro sobre el carácter “burocrático” de la nueva resolución.
“La decisión reconoce lo que vivimos en Brasil actualmente”, dijo Queiroga en una rueda de prensa, después de que la noche del domingo informó sobre la revocación del estado de emergencia sanitaria, una medida similar a la que Uruguay adoptó el pasado 5 de abril.
El ministro subrayó que no se está ni “acabando con la pandemia” ni tampoco alterando la calificación, pues eso le corresponde a la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero indicó que “los países son soberanos para tomar sus propias decisiones, según sus propias situaciones”.
En el caso de Brasil, señaló que “la decisión reconoce lo que vivimos” en este momento, con la sostenida caída de los números de contagios y de muertos que se observa desde hace más de dos meses, una vez que fue superada la última y virulenta ola, causada por la variante ómicron del coronavirus.
Este domingo, de hecho, Brasil registró 22 decesos por covid-19, lo cual supuso la cifra más baja desde el 29 de marzo de 2020, y sumó 2.541 nuevas infecciones, después de que a inicios de este año había llegado cerca de los 300.000 nuevos casos por día.
A pesar del nuevo escenario, Brasil se mantiene por detrás de Estados Unidos y la India como el tercer país más afectado en el mundo por la pandemia, con 661.960 muertes y 30.252.618 de casos, de acuerdo con los últimos datos oficiales, difundidos este domingo.
Queiroga celebró la mejoría de las últimas semanas y la atribuyó sobre todo a la respuesta de la sociedad al plan de inmunización, así como al hecho de que el 73 % de los 213 millones de brasileños cuenten ya con la pauta completa de vacunación.
De todos modos, subrayó que “el covid no acabó ni va a acabar en los próximos tiempos” y que serán mantenidas “todas las políticas públicas” que han permitido reforzar el sistema de sanidad del país, así como continuará el programa de vacunación contra el coronavirus.
Asimismo, garantizó que el sistema de sanidad se mantendrá en alerta y seguirá “preparado” para un “eventual” agravamiento de la situación, pese a que esa posibilidad es considerada muy remota por las autoridades.
Con la continua mejora del escenario sanitario, en los últimos meses también han caído gradualmente todas las restricciones que los Gobiernos regionales y municipales habían impuesto, entre las cuales figuraba la obligatoriedad del uso de mascarillas, que ya ha acabado en todo el país, tanto al aire libre como en espacios cerrados.
“Estamos muy tranquilos”, garantizó Queiroga, quien hasta destacó que esta misma semana serán celebrados los desfiles del Carnaval de Río de Janeiro, fiestas multitudinarias que habían sido canceladas en 2021 y en febrero pasado debido a la situación sanitaria.
“En Carnaval se usan máscaras, pero no las que se han usado” por causa de la pandemia, dijo Queiroga, quien apuntó que el hecho de que hayan sido autorizados los desfiles de las escuelas de samba que reúnen a decenas de miles de personas es uno de los indicativos de que Brasil tiene un “escenario epidemiológico equilibrado”.
El presidente Jair Bolsonaro, que desde el propio inicio de la crisis minimizó la gravedad de la pandemia, no se pronunció, al menos en forma inmediata, sobre el fin de la emergencia sanitaria, aunque ya desde marzo pasado había adelantado que se anunciaría en abril, como de hecho ha ocurrido.
(Con información de EFE)
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