Guillermo Lasso negó un pacto con Rafael Correa para la liberación del ex vicepresidente Jorge Glas

El presidente ecuatoriano fue firme en rechazar los cuestionamientos sobre un acuerdo con el correísmo y aseguró que, como demócrata, no puede intervenir en la justicia

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El presidente Guillermo Lasso aseguró
El presidente Guillermo Lasso aseguró que no pactó con el correísmo. (Foto: Eduardo Santillán Trujillo/Presidencia de la República)

La liberación de Jorge Glas, el exvicepresidente correísta que llevaba más de cuatro años en la cárcel cumpliendo dos sentencias por delitos de corrupción, ha generado fuertes críticas al gobierno del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso. Varios sectores de la opinión pública han acusado a Lasso de pactar con Rafael Correa a cambio de gobernabilidad.

Ante esas acusaciones, Guillermo Lasso ha negado el supuesto acuerdo con los correístas y calificó a los cuestionamientos como rumores. “No existe, no ha existido y probablemente jamás existirá”, aseguró el mandatario, que enfrenta una crisis de gobernabilidad por su nula relación con la Legislatura, compuesta mayoritariamente por congresistas afines al correísmo.

“¿Qué pacto? ¿Qué ha recibido el Gobierno a cambio? Nada. ¿De qué pacto hablamos?”, dijo Lasso, durante la entrevista que mantiene todos los martes desde el Palacio de Carondelet. “Yo sonrío y me pregunto, ¿qué pacto tenemos si lo único que hacen (UNES, el partido correísta) es bloquear al Gobierno, causarle problemas al plan de gobierno?”, señaló el jefe de Estado.

Sobre la actuación del juez de Manglaralto, que concedió un habeas corpus que permitió que Jorge Glas abandonara la cárcel, el presidente Lasso dijo que esa decisión es “irregular” y aseguró que está “”plagada de demostraciones de que no ha cumplido con la ley”. Sin embargo, al ser un fallo judicial, él como demócrata no puede intervenir. “A Correa se lo criticaba por meter mano a la justicia, ahora me critican a mí porque no le pongo la mano a la justicia. Pongámonos de acuerdo”, aseveró.

El recurso de habeas corpus a favor de Glas se resolvió durante el último fin de semana, permitiendo que el ex vicepresidente, declarado culpable en el caso Odebrecht, dejara la prisión el domingo por la mañana. Lasso ha revelado que le sugirieron desacatar la orden judicial, pero se negó. El presidente confirmó que el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador (SNAI) ya presentó una apelación sobre la decisión del juez de Manglaralto.

Glas podría escaparse de la justicia ecuatoriana

A puerta cerrada, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, el consejero presidencial, Diego Ordóñez, y el secretario de comunicación de la Presidencia, Eduardo Bonilla, se reunieron con algunos medios de comunicación y revelaron los detalles de las acciones del gobierno para evitar la fuga del ex vicepresidente correísta y sostuvieron que existe una relación entre el último amotinamiento en Turi y el habeas corpus concedido a Glas.

Para Ordóñez, “hay un montaje desde el correísmo” porque la última masacre carcelaria coincide con el pedido de liberación de Jorge Glas. El consejero presidencial declaró que no pudieron anticiparse a la petición de la defensa de Glas: “No sabíamos que iban a hacer esto ante un juez de Manglaralto. Lo habían intentado cuatro veces antes. Cómo podíamos anticipar que los abogados de Glas iban a encontrar a este juez correísta”, dijo.

La defensa de Glas sostuvo que el político tiene trastornos psicóticos y que su salud y vida están en riesgo.

A su salida de la
A su salida de la prisión, Jorge Glas recorrió 300 kilómetros en una caravana con simpatizantes correístas. (Foto: Twitter de Rafael Correa).

Por su parte, Jiménez, quien antes había anunciado el aumento de vigilancia para evitar que Glas se escape, este martes, dijo que no puede dar un “100 % de certezas” de que el vicepresidente no se fugará. El ministro de Gobierno aseguró que se ha “reforzado la vigilancia policial, pero no podemos ingresar a la casa. Ya tenemos identificadas las salidas de la urbanización”.

A pesar de la vigilancia de la Policía Nacional, Jiménez ha indicado que Glas, quien llegó el último domingo a Guayaquil, podría pedir asilo en algún consulado. Si ese fuera el caso, el gobierno no podría detenerlo. “Estamos, perfectamente, conscientes de lo que significaría para el país y para el gobierno una fuga de Glas, sabemos que puede traducirse en inestabilidad y convulsión”, aseguró.

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