Las dos propuestas del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para ocupar los principales cargos de la estatal Petrobras han renunciado después de que se alertara del conflicto de intereses que ambos tendrían en caso de ocupar el cargo.
El último de ellos ha sido el economista y consultor Adriano Pires, quien comunicó este lunes al Palacio del Planalto que desiste de ocupar la presidencia de la petrolera estatal, para la cual había sido elegido la semana pasada en sustitución del general Joaquim da Silva e Luna, según consigna el diario local ‘O Globo’.
Los motivos que ha puesto sobre la mesa Pires son los conflictos de intereses que habría, mismas razones expuestas el domingo por Rodolfo Landim para no aceptar la jefatura del consejo de administración de la petrolera estatal.
La decisión de Pires fue oficializada al Ejecutivo a través de una carta enviada al ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, en la que comunicó su desistencia.
“Quedó claro para mí que no podría conciliar mi trabajo de consultor con el ejercicio de la presidencia de Petrobras. Inicié los procedimientos para desvincularme. A lo largo del proceso, sin embargo, percibí que infelizmente no tengo condiciones de hacerlo en tan poco tiempo”, dijo Pires, que agradeció a Albuquerque y al presidente Bolsonaro.
Entre los clientes de Pires está Carlos Suárez, empresario y socio de compañías distribuidoras de gas, y amigo durante décadas de Landim, quien justificó su decisión de no aceptar la invitación del Gobierno para concentrar todos sus esfuerzos en el Flamengo, equipo de fútbol brasileño.
El empresario e ingeniero, que trabajó en la petrolera estatal durante más de dos décadas y preside el Flamengo, expresó en un comunicado su deseo de dedicar todo su tiempo al “mayor fortalecimiento” del club de fútbol más popular de Brasil.
Además de proximidad con varias empresas del sector petrolífero y gasístico, Landim también ha aparecido en algunas investigaciones por corrupción relacionadas con la mediática y casi infinita operación Lava Jato, con ramificaciones más allá del Estado brasileño.
Antes de tomar una decisión, el nombramiento de Pires ya había sido cuestionado por la Fiscalía y el Tribunal de Cuentas precisamente por este conflicto de intereses debido a su intensa actividad como consultor de varias empresas del sector, por lo que pidió que no presidiera Petrobras antes de tener que llevar a cabo una investigación más intensa una vez asumiera el cargo.
Puntualmente, objetaron que Pires fundó y lidera actualmente el Centro Brasileño de Infraestructura, “que desde hace más de 20 años presta servicios a las principales multinacionales de petróleo, gas y energía”.
Estaba previsto que el Consejo de Administración de Petrobras se reuniese el próximo martes 13 de abril para elegir quién sería el nuevo presidente de la estatal. Ambos, según informes internos, tendrían dificultades para superar los criterios del comité.
Bolsonaro mantiene bajo presión a la empresa, que controla el mercado brasileño e implementó ajustes constantes siguiendo el precio internacional del crudo, como dicta su política de precios.
A mediados de marzo, Petrobras anunció un aumento del 18,77% del precio de la gasolina, del 24,9% del gasóleo y del 16,1% del propano y el butano, después de dos meses sin subir los precios. Una decisión que fue ampliamente atacada por el presidente Bolsonaro.
El propio Silva e Luna, un general de reserva del Ejército, había sido designado en febrero del año pasado también por la disconformidad de Bolsonaro con los aumentos de precios durante la gestión del economista Roberto Castello Branco.
Desde 2017, Petrobras mantiene una política en línea con los valores internacionales para fijar los precios de los combustibles, a pesar de que Brasil sea uno de los grandes productores de algunas de estas materias primas.
Las acciones de Petrobras cotizaban en rojo, con pérdida de 0,76% tras recuperarse durante la jornada en la Bolsa paulista.
(Con información de Europa Press y AFP)
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