El Ministerio de Medio Ambiente del Ecuador y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) desarrollan proyectos que buscan fortalecer la producción local y conservarán la biodiversidad de una manera más eficiente, aprovechando los recursos naturales. Los esfuerzos se enmarcan en el objetivo “hambre cero” que es el segundo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, con el apoyo de todas las organizaciones de la ONU.
El proyecto fue anunciado en el marco de la 37° Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, que se celebró entre el 28 de marzo y el 1 de abril en Quito. En el evento se firmó este convenio suscrito entre el Ministerio de Ambiente del Ecuador, la FAO y el Consejo de Gobierno del Régimen Especial de las Galápagos.
La Conferencia Regional de la FAO se realiza cada dos años y es el órgano rector y máximo espacio de encuentro de la región. Durante la conferencia, los representantes gubernamentales de todos los estados miembros de la FAO se reúnen para discutir los desafíos de la agricultura y la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe, para revisar las acciones de la FAO durante el bienio y para trazar el plan de sus acciones de los próximos dos años.
Este encuentro es un foro de reunión de los países participantes, los representantes de los gobiernos, del sector productivo y de la sociedad, instalado para dar seguimiento al establecimiento de los estándares de la FAO en la región. Durante la conferencia, la Oficina Regional de la FAO presenta dos rutas de trabajo principales: una para la seguridad alimentaria y otra para el cambio climático.
También los estados miembros de la FAO votaron unánimemente por el Marco Estratégico de la FAO 2022-2031, que contempla la adopción de la Agenda 2030 a través de un sistema agrícola modificado, integrado, flexible y sostenible, para lograr mejores producciones, alimentos, medio ambiente y calidad vida, sin excluir a nadie en la lucha en contra del hambre. Esta es una de las preocupaciones del Consejo de Gobierno del Régimen Especial de las Galápagos en el archipiélago.
Según el ministro de Ambiente del Ecuador Gustavo Manrique, solo el 36% de los alimentos que se consumen en las islas son de producción local, lo que significa que el 64% restante requiere de un sistema de importación desde el Ecuador continental, aumentando sin precedentes el impacto ambiental en las islas.
Según el Fondo para el Control de las Especies Invasoras de las Galápagos, esta dependencia alimentaria tiene consecuencias significativas ya que muchas especies han sido introducidas como resultado de las importaciones, lo que afecta la biodiversidad y ha provocado el progresivo abandono de la agricultura en tierras productivas.
Este nuevo desafío de medir la huella del carbono en la dieta de los habitantes de las Galápagos es una estrategia global donde la participación y la sensibilización de los pobladores y turistas será fundamental para conseguir estos objetivos, señalan las autoridades ambientales del Ecuador.
También anunciaron que la finalidad de este acuerdo consiste en introducir cambios conducentes a un sistema alimentario sustentable, sustentable, inclusivo y eficiente; con el objetivo de promover la nutrición, la producción y la sustentabilidad ambiental, asegurando al mismo tiempo la conservación de los recursos naturales.
La FAO es una agencia especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que lidera los esfuerzos internacionales para erradicar el hambre en el planeta. Ofrece sus servicios de asistencia técnica a países desarrollados como a países en vías de desarrollo y actúa como un lugar neutral de encuentro de los esfuerzos internacionales.
La FAO esta constituida por 197 miembros: 194 estados, la Unión Europea en condición de organización miembro y dos socios, las Islas Feroe de Dinamarca y el archipiélago de Tokelau de Nueva Zelanda.
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