Una pareja en la ciudad de Melo, en el departamento de Cerro Largo (al este de Uruguay), contrajo matrimonio pintada de verde y disfrazada de los personajes animados de Universal Shrek y Fiona.
Jessica Antúnez y Maicol Diogo son los nombres de los nuevos cónyuges que se casaron en el Club Unión de la ciudad el martes pasado, informó el medio local Diario Atlas. Entraron disfrazados al edificio municipal acompañados de sus seres queridos y, frente al oficial del registro civil Luis Morales, contrajeron matrimonio.
En un video compartido por la periodista Silvia Techera, tanto en Facebook como en Twitter, bajaron las escalinatas de mármol y las personas allí presentes le tiraron arroz para festejar.
Una vez terminados los saludos, los novios se fueron en una camioneta blanca preparada para la ocasión y con un cartel amarillo donde estaba escrito “recién casados” acompañado de una cinta roja. La pareja iba saludando mientras recorría la calle principal de la ciudad, Aparicio Saravia.
Las nuevas ceremonias en Uruguay
Es común que en Uruguay, las parejas que deciden casarse solo por civil, personalicen la ceremonia: que ingrese la novia con el padrino al Registro, que haya intercambio de anillos y palabras de familiares y amigos, en un contexto donde la ley no lo necesita, pero lo permite.
Según el juez de Paz Eduardo Pintos Lasarga, los novios hacen más cálido el casamiento civil a través de distintos mecanismos. “La ceremonia civil se cumple siempre, comienza con la firma de los novios y testigos, y luego da comienzo la ceremonia. Cuando los novios solo se casan por civil, antes de comenzar con las firmas, la novia entra con su padrino. Una vez finalizada la ceremonia, el oficial o juez saluda a los novios y los novios le piden al oficial del Registro Civil que anuncie, de buena voluntad, la colocación de los anillos, o también piden que un hermano o amigo de los novios haga alguna lectura. En algunas ocasiones se ha dado que va un pastor y da una bendición o dice unas palabras”, dijo a la Revista Bodas.
Aunque este tipo de curiosidades siempre existieron, la pandemia dejó una impronta fuerte sobre el nuevo tipo de ceremonias matrimoniales que se realizan en Uruguay. Las posibilidades que permitía el protocolo en los últimos dos años transformaron el formato tradicional. “Somos muy disfrutadores, para nosotros una fiesta es sinónimo de comida rica, mucho baile, música y alcohol. Me pasó muchas veces tener que decir a los invitados de un casamiento: ‘Bueno, chicos, se tienen que ir, ya son las 6 de la mañana y tenemos que desarmar la fiesta’”, explicó la ambientadora de eventos Gabriela Curbelo, según Galería.
Ahora, las fiestas están pasando a ser mucho más íntimas y de menor talla. La opción que trajo el protocolo anti covid-19 fueron las microcelebraciones, donde se piensa en menos personas, por menos tiempo y en alternativas de festejo como un almuerzo en una bodega, un civil por videoconferencia, una fiesta en dos turnos focalizada en la parte gastronómica y con una banda en vivo.
La diseñadora y fundadora de Estudio Monaqueda, Clara Laborde, afirmó que al principio de la pandemia la mayoría de los novios tenían problemas en festejar de una manera diferente a la que habían planeado, pero que de a poco están empezando a ceder ante la opción de hacerlo en un formato distinto.
“Hablé con varias parejas que manejaban la opción de postergar todo y ahora están considerando la posibilidad de casarse en formato reducido en la fecha prevista y, por qué no, en el primer aniversario de casados hacer una fiesta más grande con baile para los más jóvenes”, dijo Laborde.
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