Las estafas de phishing en Uruguay, según datos oficiales, vienen en aumento. De las que se tiene registro en el Centro Nacional de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática, se destacó que crecieron un 49% en 2020 y un 19% más durante 2021.
Phishing refiere a un delito que es específicamente informático. Se define por técnicas que engañan a una persona ganándose su confianza haciéndose pasar por una empresa, una persona o un servicio que logra manipular a la víctima para que realice acciones monetarias que no deberían realizarse vía correo electrónico o vía redes sociales.
José Callero, director del Centro Nacional de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática dijo que esta es una tendencia que aumentó de manera “notoria” en el programa de televisión El Living de Canal 5.
Explicó, además, que la frecuencia de este tipo de estafas depende del público al que se dirigen y que los analistas las dividen en dos variantes.
La primera es la “estafa pequeña”, donde logran llevarse montos pequeños de dinero. Al repetirse muchas veces es que se genera un monto grande y empieza a funcionar como modalidad de robo. Por esta razón es que pasan por “debajo del radar”, porque las transacciones no llaman la atención.
“Las estafas que pretenden conseguir un monto pequeño de dinero son las simples, que establece una relación y luego de eso te piden un giro. ‘Mirá, soy tu sobrino, me quedé con el auto, girame 50 dólares o 100 dólares’. Ese tipo de estafas se hace en gran cantidad y como son de poco monto pasan por abajo del radar”, dijo Callero.
La segunda variante son las estafas que trabajan con montos mucho mayores, pero que funcionan con menor frecuencia. Este tipo de robo, explicó el jerarca, lleva un trabajo más calado porque se perfila a una víctima, se la estudia, se busca información de la misma y luego se entiende cuál es el negocio.
“Muchas veces se hace pasar por la contraparte de un empresario y le piden dinero en un tono de urgencia y en esa urgencia hacen movimientos bastantes más grandes de plata”, comentó.
Callero advirtió que la población tiene que ser consciente de que estas amenazas por internet pueden sucederle a cualquiera. Desde empresarios hasta adultos mayores. Incluso, puede darse con los jóvenes ya que los videojuegos que en los videojuegos que compran también aparecieron casos de estafa.
“Los atacantes se adaptan rápidamente. Hay amenazas para empresarios, para personas mayores y para gente joven. La gente joven, al grado de estafas adentro de los juegos. Hay veces que en los juegos se pueden hacer compras, bueno, hay estafas relacionado a eso. Son muy hábiles”, concluyó.
Las formas más comunes de phishing son, entonces, el contacto de desconocidos haciéndose pasar por familiares viejos, llamadas a teléfonos fijos, compras dentro de juegos en línea, estafas a empresas y aplicaciones con posibilidad de compras online.
El caso Zanolli
Uruguay quedó marcado por lo sucedido con Lucas Zanolli, un joven de 18 años que pretendía vender su auto a través de una app de compras. El desenlace de la estafa en la que iba a caer culminó con su muerte. Fue asesinado luego de ir a mostrar el vehículo, que estaba a la venta desde principios de diciembre de 2021 en Montevideo. Al día siguiente, encontraron su cuerpo afuera de una vivienda en el barrio donde vivía el presunto estafador.
“La información que tenemos es que se pactó ver el auto. No una, sino varias veces. En la última instancia salieron a probar el auto y ahí ya se pierde la señal del GPS”, dijo la fiscal Edelman, encargada del caso, a La Diaria. Comentó que el hecho de que el objetivo fuera robar el auto agrava el caso.
No existía un vínculo previo entre el homicida y Zanolli, solamente la conversación que tuvieron a través de redes sociales y que fue fundamental para la Policía a la hora de capturarlo.
“Se contactó con su nombre. La familia y amigos actuaron rápido, y la Policía y la Fiscalía también actuaron rápidamente y fue lo que facilitó encontrarlo”, afirmó Edelman.
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