Un juez de Honduras ordenó este martes la captura del ex presidente (2014-2022) Juan Orlando Hernández para cumplir una petición de extradición de Estados Unidos que lo acusa por narcotráfico, según informó el vocero de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Melvin Duarte.
Poco después, Hernández fue detenido por las autoridades en su domicilio de Tegucigalpa y trasladado supuestamente a rendir su primera declaración ante el juez.
La operación de captura fue encabezada por el ministro de Seguridad, Ramón Sabillón. El exgobernante fue esposado de manos y pies frente al portón de entrada de su residencia.
Hernández salió de su casa cubierto con una gorra azul y mascarilla del mismo color pasadas las 14:00, hora local, y, de inmediato, policías le colocaron un chaleco antibalas y procedieron a esposarlo de pies y manos.
Luego fue subido a un vehículo blindado, de varios de una caravana, y llevado a una unidad de la Policía Nacional donde estaría rindiendo su primera declaración preliminar, como parte del proceso judicial sobre extradición.
La embajada de EEUU en Tegucigalpa afirmó este martes que Hernández “participó en una conspiración violenta de narcotráfico para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde Colombia y Venezuela, entre otros lugares”.
La droga se movilizó “por rutas aéreas y marítimas, y para transportar las drogas hacia el oeste de Honduras, hacia la frontera con Guatemala, y finalmente a los Estados Unidos”, indicó la legación diplomática en una extensa nota dirigida a la Cancillería hondureña en Tegucigalpa, en la que confirmó la solicitud de captura de Hernández con fines de extradición hecha por Washington el lunes.
La casa de Hernández estuvo desde el lunes por la noche rodeada por centenares de policías y militares provistos de fusiles automáticos, a la espera de la orden de captura.
El supremo hondureño designó hoy al juez Edwin Ortéz para que conociera de la solicitud hecha el lunes por Estados Unidos, que acusa a Hernández de narcotráfico y uso y tenencia de armas.
Durante el fin de semana, el ex presidente había compartido fotografías en las que aparecía jugando con sus perros, en un aparente intento de acallar los rumores de que había huido del país.
Hernández dejó la presidencia el 27 de enero al ser juramentada la presidenta Xiomara Castro. El mismo día en que Hernández dejó el puesto fue juramentado como representante de Honduras ante el Parlamento Centroamericano.
La acusación
Debido a que el sistema de justicia de Honduras es débil y está coptado, la esperanza de los hondureños para que se haga justicia estaba puesta desde hace años en los fiscales federales de Nueva York, donde una serie de revelaciones contra Hernández ha sido seguida muy de cerca en el país de América Central.
Desde hace meses ha habido conjeturas de si Hernández enfrentaría cargos una vez que ya no fuera presidente, porque los fiscales federales en Nueva York lo implicaron repetidas veces en el juicio a su hermano en 2019 por tráfico de drogas, alegando que su ascenso político fue impulsado por dinero del narcotráfico.
Hernández rechazó firmemente haber participado en esas actividades.
Su hermano, el ex congresista hondureño Antonio “Tony” Hernández, fue condenado a cadena perpetua por delitos de armas y drogas en marzo de 2021. En su sentencia, el fiscal asistente de Estados Unidos Matthew Laroche describió sus delitos como “tráfico de drogas patrocinado por el estado”. En un mensaje de audio enviado ese día a su personal, el entonces presidente dijo que la condena era dura para su familia y para él a nivel personal.
En su grabación, afirmó que la condena se basaba en testimonios falsos de asesinos confesos y citó los avances de Honduras en reducción de la violencia como prueba de su lucha contra el crimen organizado.
La fiscalía dijo que Tony Hernández negoció grandes sobornos de traficantes de drogas a su hermano a cambio de proteger sus cargamentos a su paso por Honduras. En algunos casos, miembros de la Policía Nacional y el Ejército escoltaron los cargamentos de drogas, según los fiscales.
Juan Orlando Hernández, afirmaron, recibió sobornos cuando aún era miembro del congreso hondureño y desvió sobornos a otros legisladores para que le apoyaran como presidente del organismo.
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