Pese a que aún resta gran parte de 2022, Brasil ya ha comenzado a palpitar los comicios presidenciales del próximo octubre y los principales candidatos se preparan para la campaña.
En esa línea, el presidente Jair Bolsonaro anticipó este jueves que al menos 11 de sus 23 ministros dejarán el Gobierno el próximo 31 de marzo, debido a que se presentarán para diversos cargos en las elecciones.
”Tenemos previsto, hasta hoy, que 11 ministros van a disputar las elecciones”, declaró el mandatario a periodistas en la ciudad de Porto Velho, en el estado amazónico de Rondonia, donde este jueves se reúne con el presidente peruano, Pedro Castillo.
Por su lado, el ex presidente y claro favorito para los comicios, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que, si vuelve a la Presidencia, cambiará la actual política liberal de precios de los combustibles. “Nosotros no vamos a mantener el precio de la gasolina dolarizado”, prometió el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), en una entrevista con la emisora Red RDR de Paraná.
“Creo que los accionistas tienen derecho a recibir dividendos cuando Petrobras registre beneficios, pero es importante que la gente sepa que Petrobras tiene que cuidar del pueblo brasileño”, advirtió Lula. .
Las fluctuaciones en los precios de la gasolina, el diésel y el gas dependen en gran medida de la petrolera estatal brasileña Petrobras, que los fija en función del valor del producto en el mercado internacional.
En 2021, los combustibles subieron alrededor de un 50% en Brasil, impulsados por la revalorización del crudo y la fuerte apreciación del dólar estadounidense frente al real. Ello también empujó la inflación del país, que cerró 2021 en el 10,06%, la tasa más alta desde 2015.
Aunque Petrobras es controlada por el Estado brasileño, tiene acciones negociadas en Nueva York, San Pablo y Madrid. “No puedo enriquecer al accionista estadounidense y empobrecer a la dueña de casa que va a comprar un kilo de frijol y pagar más caro por cuenta del precio de la gasolina”, añadió el antiguo dirigente sindical.
En este contexto, tildó de “absurdo” que Brasil, siendo un importante productor de petróleo, pague la gasolina y el diésel “a precio de dólar”.
A pesar de estar en las antípodas desde el punto de vista ideológico, el ultraderechista Bolsonaro también ha criticado en diversas ocasiones la política de precios de Petrobras y defiende su modificación.
Lula también manifestó que si el Gobierno de Bolsonaro “tuviera coraje” resolvería el problema, pero ha optado por “vender” los activos estatales. También acusó al líder de “arrastrarse” ante el Congreso para garantizar su supervivencia política.
“No tiene ninguna relación, él (Bolsonaro), la verdad, está a cuatro patas frente al Congreso Nacional. No tiene poder de decisión, no decide sobre el presupuesto y no tiene fuerza”, afirmó Lula.
Todos los sondeos de intención de voto divulgados hasta la fecha dan como claro favorito para las presidenciales de octubre a Lula, quien obtendría más de un 40% de los apoyos, frente al 20-25% que lograría Bolsonaro.
Lula, de 76 años, aún se resiste a oficializar que será candidato, aunque se da como un hecho por sus declaraciones. De hecho, este jueves aseguró que si es “elegido presidente”, nada más juramentar el cargo, convocaría en enero de 2023 “a los gobernadores” regionales “para restablecer la convivencia democrática en la sociedad brasileña”.
Bolsonaro, quien tampoco termina de confirmarlo, pretende renovar su mandato de cuatro años en esas elecciones.
En octubre próximo, además de un nuevo presidente, serán elegidos los gobernadores de los 27 estados del país y serán renovadas las cámaras legislativas nacionales y regionales.
(Con información de EFE)
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