Los vecinos de La Gasca, un barrio ubicado al centro norte de Quito, capital de Ecuador, no durmieron la última noche. Estuvieron quitando los escombros con palas y otras herramientas, atendiendo a heridos, levantando cuerpos y buscando a sus familiares y amigos que no aparecen después de que un aluvión arremetiera contra las casas, construcciones y peatones. Sucedió el último lunes y hasta ahora la cifra oficial cuenta 24 fallecidos y al menos 12 desaparecidos.
Un aluvión es una corriente de agua que arrastra barro y material de todo tipo por una ladera. El aluvión puede recorrer varios kilómetros desde su origen y aumenta de tamaño conforme avanza pendiente abajo. Transporta rocas, hojas, ramas, árboles y otros elementos, alcanzando gran velocidad. En Quito, las lluvias de la tarde del 31 de enero formaron la corriente de agua para que se forme el aluvión. Los vecinos de La Gasca encendieron las alertas al publicar videos en las redes sociales pidiendo ayuda. Algunos incluso habrían estado jugando voleibol en una cancha cuando llegó el aluvión y también los arrastró.
Durante la noche del 31 de enero, las autoridades locales y nacionales enviaron a su personal para trabajar en la zona. De acuerdo con el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencia hubo 25 ambulancias trasladando heridos a los hospitales, las Fuerzas Armadas movilizaron a 150 efectivos para que colaboren con la Policía y los Bomberos en los trabajos de limpieza. Hasta las 20h00, la cifra de muertos llegaba a 11. Para la mañana siguiente, este 1 de febrero, el número de fallecidos ascendió a 18, según informó César Zapata, comandante del Distrito Metropolitano de Quito. Las autoridades confirmaron que hasta el momento hay 24 muertos y 12 alertas de desaparecidos.
El Municipio de Quito ha activado albergues para atender a los damnificados. Sin embargo, el primer comunicado oficial que emitió solo recomendaba que los ciudadanos del sector se mantengan en los pisos altos de sus casas. En otro boletín, el Municipio indicó que la tarde del 31 de enero, Quito registró un “récord de lluvia que sobrepasó los 75 litros por metro cuadrado, el más alto desde el 2003″. De acuerdo con el cabildo, la intensidad de la lluvia “produjo un embalse en la quebrada El Tejado provocando el deslizamiento de rocas y lodo”.
Desde que se supo del aluvión, el Municipio de Quito ha sido criticado por supuestamente haber autorizado la construcción de un crematorio en las laderas del Pichincha, lo que habría coadyuvado a que se formara el aluvión. Sin embargo, la concejala de Quito, Luz Elena Coloma explicó en su cuenta de Twitter que el proyecto del crematorio no tiene licencia y que no está ubicado cerca de donde sucedió el aluvión.
El mayor Henry Bolívar, jefe de operaciones del Cuerpo de Bomberos de Quito, indicó a los medios locales que su personal ha realizado labores de limpieza en La Gasca durante toda la noche y que han localizado escombros de hasta dos metros de altura: “donde tengo carros, estructura”. El equipo del mayor Bolívar está buscando a dos personas extraviadas. El uniformado cree que los desaparecidos podrían estar entre los escombros.
Cristopher Velasco, presidente de la Asociación de Profesionales en Gestión Riesgos del Ecuador, dijo al medio digital GK que antes se preveía que los aluviones sucedan cada 10 o 15 años, pero ahora, por el cambio climático, estos suceden con mayor frecuencia. Además, el experto explicó que el sector de La Gasca es de los más propensos a sufrir este tipo de desastres, pero no es el único.
Mientras las autoridades intentan contener los daños, atender a los moradores y responder ante la opinión pública por la falta de previsión y mecanismos para evitar estas tragedias, los vecinos de La Gasca continúan limpiando su barrio, buscando a los desaparecidos, brindando bebidas calientes a los rescatistas, al mismo tiempo que se mantienen alerta porque el miedo de que otro aluvión vuelva a arremeter contra ellos no se ha ido.
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