Las revelaciones alrededor del caso de Álex Saab, el presunto testaferro de Nicolás Maduro que es investigado por la justicia estadounidense, aún siguen apareciendo en distintos países de Latinoamérica. El informe elaborado por la Comisión de Fiscalización del Congreso del Ecuador da cuenta de los nexos de Saab con políticos de la región. El documento, al que también se lo conoce como “el dossier ecuatoriano”, incluso tiene relación con la pista que sigue el FBI sobre el presunto lavado de activos del que se acusa a Saab.
Los agentes federales de Estados Unidos siguen la pista de las transacciones realizadas por Saab, a través de su empresa Fondo Global de Construcciones (Foglocons). Según la información publicada por varios medios incluido el Today-In-24 de Inglaterra, el FBI intenta encontrar el origen de USD 60 millones. La investigación federal indaga el paradero del dinero e investiga las transacciones efectuadas a través del Banco Central de Venezuela y que habrían sido depositadas en las cuentas de empresarios ecuatorianos.
El informe de la Comisión de Fiscalización del legislativo ecuatoriano describe las irregularidades que se habrían cometido en los pagos de exportaciones ficticias o sobrevaloradas vinculadas con la filial de Foglocons en Ecuador. La trama de corrupción que se le atribuye a Saab implicaría el uso del Sistema SUCRE –un conversor monetario utilizado por los países del ALBA– para el pago de esas exportaciones que correspondían a materiales de construcción que se enviaban desde Ecuador a Venezuela. De acuerdo con el “dossier ecuatoriano”, al menos USD 2.600 millones se habrían lavado durante los gobiernos de Hugo Chávez y Rafael Correa.
Una de las últimas revelaciones, que incluso ha causado ataques y agravios, es la relación entre la ex senadora colombiana Piedad Córdoba con Saab. El presidente de la comisión de Fiscalización, el legislador ecuatoriano Fernando Villavicencio, que ha sido calificado como “rata”, “miserable” y “mequetrefe” por Córdoba, presentó al presidente de Colombia, Iván Duque, el dossier ecuatoriano con información sobre un vuelo que Córdoba realizó en el 2013 en un avión privado de Saab junto a este. Córdoba, que ha negado ese vuelo y que ha amenazado al legislador con empezar un proceso judicial en su contra, ahora también está bajo el radar del FBI.
La revista Semana, en su última edición, publicó información sobre documentos exclusivos que demostrarían que Saab pagaba los vuelos de Córdoba y sus hijos a distintos destinos, entre ellos Cuba. El investigado por la justicia norteamericana habría financiado 17 tiquetes aéreos de la exsenadora y su familia, entre 2015 y 2016. El pago fue realizado a través de Group Grand Limited, que estaba representada por el hijo de Saab, y que, según el expediente de la justicia estadounidense al que accedió Semana, “concentró gran parte del proyecto de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) en Venezuela. El Departamento del Tesoro considera que Saab, con esa firma, se lucró “a través del incremento artificial del valor de contratos, lo que incluye el programa de subsidios conocido como CLAP”.
Córdoba, que ha dicho que su vinculación al caso de Saab es una estrategia para perjudicarla políticamente, dijo a Semana que: “Yo no trabajo con él (Saab), ni trabajé con él, ni conozco ni sé de sus negocios ni de sus empresas, no sé absolutamente nada y mis hijos mucho menos”, además negó que Saab haya pagado los tiquetes aéreos.
El periodista Gerardo Reyes, autor del libro Alex Saab. La verdad del empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro, describe que ni siquiera los amigos de Saab se explican cómo “un tipo tan común y corriente de aspiraciones modestas y sin ninguna pasión, aparte del amor por sus hijos, se convirtió en el chacal financiero de la revolución bolivariana”. En el libro, Reyes cuenta que Saab gerenciaba una empresa de textiles en Barranquilla que quedó en la quiebra, sin embargo, Saab habría logrado “colarse” en la Presidencia venezolana, para luego volver “a la ciudad que le volteó la espalda en avión privado y con una guapa esposa italiana”. De acuerdo con Reyes, la exsenadora Córdoba fue la “madrina” de Saab y le permitió acceder a los contactos de alto nivel en el Palacio de Miraflores.
Los simpatizantes de Córdoba y del ex presidente Rafael Correa, ahora investigado por la justicia ecuatoriana por el presunto peculado relacionado con la trama Saab, han defendido a sus líderes diciendo que es una persecución política. Incluso, se difundió un comunicado elaborado por la defensa de Saab donde este niega haber realizado cualquier negocio con Correa o con el expresidente colombiano Juan Manuel Santos, quien también aparece en el dossier. “(Saab) no explica por qué, si se trata de presuntos hechos ocurridos, investigados y esclarecidos en Ecuador, pretenden generar un debate político”, se lee en el comunicado que fue replicado por varios medios de comunicación. Sin embargo, en el informe de la Comisión Legislativa, también se señala que la campaña de reelección de Rafael Correa habría sido financiada con dineros del sistema de corrupción de Álex Saab.
En Ecuador, entre el 2013 y el 2015, se investigó a Foglocons porque la Fiscalía ecuatoriana recibió alertas del Banco Central del Ecuador y del Servicio Nacional de Aduanas sobre irregularidades relacionadas con las exportaciones a Venezuela. Luego de recabar información en Venezuela y en Ecuador, la Fiscalía General del Estado, en ese entonces, “mediante un acto urgente y con orden judicial” incautó USD 57 millones de Foglocons-Ecuador.
El dinero, una vez terminado el caso, fue devuelto a la empresa administrada por los socios de Saab en Ecuador. Sin embargo, Galo Chiriboga, ex fiscal general del Ecuador, indicó en su comparecencia ante la comisión legislativa que llevó el caso, que el dinero “se mantuvo incautado por tres años y que por una acción corrupta de un juez y sin ningún fundamento legal pretendió entregarlo a la empresa Fondo Global de Construcciones”. La jueza que llevó el caso sobreseyó a Foglocons, no obstante el propio Chiriboga declaró que “hubo una jueza que violando su deber jurídico de aplicar la ley no lo hizo y fue sentenciada por prevaricato”.
Saab y sus socios se han librado de sentencias en tres sistemas judiciales que iniciaron investigaciones en su contra. Colombia, Ecuador y México “fracasaron en sus esfuerzos por condenarlos”, según escribe Reyes en su libro. El periodista además señala que “los empresarios pasaron de agache en medio de escándalos de procesos amañados y pagos de sobornos”.
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