El escándalo aumenta. Luego de conocerse la presencia de Mohsen Rezai -el vicepresidente de Asuntos Económicos iraní con pedido de captura internacional por el ataque terrorista contra la AMIA en 1994- en la asunción de Daniel Ortega en Managua el pasado lunes y que este se reuniera 48 horas después con el jefe del régimen cubano Miguel Díaz-Canel en esa capital, el ex jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica volvió a mantener un encuentro con el líder sandinista antes de su retorno a Medio Oriente.
La estadía de Rezai en Nicaragua -sobre quien pesa un alerta roja de Interpol- no hace más que alimentar las sospechas respecto a la complicidad que existe entre Managua y Teherán pese a la queja pública que emitió la Cancillería argentina.
“Creo que existe una afinidad entre Cuba y Nicaragua e Irán que hicieron que ellos no denunciaran la presencia de un funcionario como el vicepresidente” Rezai, señaló a Infobae desde San Pablo, Brasil, Fernando Lottenberg, Comisionado para el Monitoreo y la Lucha contra el Antisemitismo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Rezai no sólo fue uno de los invitados más celebrados el pasado lunes en la capital nicaragüense, sino que mantuvo una intensa agenda que incluyó reuniones de negocios y hasta una cumbre bilateral con Díaz-Canel, luego de que el Gobierno argentino hubiera hecho la queja correspondiente ante sus aliados. Sin embargo, el funcionario que asesora al Ayatollah Alí Khamenei desde años permaneció en Managua sin que Interpol ejecutara la orden de detención internacional.
Lottemberg, una de las figuras más destacadas de la comunidad judía en Brasil, se refirió además a la responsabilidad que le cabe a la administración de Ortega por formar parte de la fuerza policial internacional. “A Nicaragua especialmente, donde está ahora (Rezai), le cabía como miembro de Interpol hacer la notificación necesaria porque existe una alerta roja sobre él. No creo que sea un acto de ignorancia”, señaló el abogado especializado en derechos humanos.
“No hay ignorancia, hay conocimiento de que es un acto ilegal y puede ser tomado por su proximidad con Venezuela que es un gran aliado de Irán en la región”, subrayó Lottenberg.
La dictadura de Ortega califica como “hermano” al iraní, señalado por la Justicia argentina como uno de los responsables del atentado que terminó con la vida de 85 personas en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires. Esta relación tan próxima fue retratada en el encuentro de este jueves en Managua del que también participó Rosario Murillo, la esposa y vice del país, y el hijo de ambos, asesor presidencial y heredero político, Laureano Ortega Murillo.
“Considero que existe un componente de antisemitismo en la medida que Irán es un país que tiene como postura existencial destruir el Estado de Israel. Ellos no esconden eso, afirman textualmente esta posición. Entonces si usted quiere destruir el único país del mundo con mayoría judía existe un componente antisemita”, enfatizó Lottenberg al ser consultado respecto a la afinidad entre las delegaciones que allí se congregaron.
El ejecutivo de la OEA había emitido este jueves un comunicado en el que condenaba la presencia del iraní en América Latina. “Repudio la presencia del vicepresidente de Irán en la toma de posesión de Daniel Ortega, en Managua. Acusado por Argentina de participar en el atentado contra la AMIA en 1994, Mohsen Rezai se encuentra bajo alerta roja de la Interpol. Nicaragua, como miembro de la Interpol, debería darle pronto cumplimiento a la misma”, indicó Lottenberg.
La extensa -e inusual- estadía de Rezai en la capital centroamericana permitió que Cuba también pudiera acercarse a compartir una cumbre con el funcionario iraní. La Cancillería cubana celebró el mitin con el asesor económico de Teherán y publicó fotografías del encuentro diplomático. El Gobierno argentino, que mantiene cierta simpatía con el régimen de La Habana, prefirió no emitir por el momento queja alguna.
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