El subsecretario de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado norteamericano, Brian Nichols, advirtió sobre la presencia en América Latina del vicepresidente de Irán, Mohsen Rezai, quien participó de la toma de posesión del presidente Daniel Ortega en Nicaragua.
“Las democracias en el hemisferio no pueden mirar a un lado mientras Ortega-Murillo socavan la democracia y la seguridad regional”, dijo Nichols.
Rezai, actual viceministro de Asuntos Económicos de Irán, es uno de los iraníes sobre los que pesa un pedido de captura internacional por parte de la justicia argentina, debido a que es considerado uno de los autores intelectuales del ataque terrorista que se cobró la vida de 85 personas el 18 de julio de 1994 en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en Buenos Aires.
Esta semana, Ortega sostuvo un encuentro en Managua con Rezai, quien dio su apoyo para “vencer al imperialismo norteamericano” en medio de la controversia con Argentina, que condenó su presencia en la quinta toma de posesión y cuarta consecutiva del ex guerrillero sandinista como gobernante.
Las autoridades nicaragüenses no informaron la fecha de la reunión, ni los temas abordados, sin embargo en la víspera, la también primera dama afirmó que Nicaragua e Irán estaban discutiendo un acuerdo de cooperación. Por su parte, Razai atribuyó el encuentro a razones políticas.
Su presencia en la toma de posesión de Daniel Ortega y Rosario Murillo desató una ola de críticas en todo el mundo, incluida la Organización de Estados Americanos (OEA) que dijo que “Teherán continúa siendo una seria amenaza para la paz y la seguridad en el Hemisferio Occidental, apoyando a grupos terroristas y sus fuentes de financiamiento del narcotráfico que desestabilizan la región y nuestras democracias”.
En ese contexto, el gobierno de Estados Unidos dijo el martes que evalúa más sanciones contra el nuevo gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, a quien llamó “autócrata represivo”.
Emily Mendrala, subsecretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, dijo que Estados Unidos “usará todas las herramientas diplomáticas y económicas a su alcance” para “promover la rendición de cuentas del gobierno” de Ortega y “quienes facilitan los abusos que se cometen”.
“Estamos estudiando las opciones que tenemos”, señaló, incluida una revisión de la participación de Nicaragua en el pacto de libre comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR).
Ortega, en el poder desde 2007, asumió el lunes un cuarto mandato consecutivo, el segundo junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, al tiempo que Estados Unidos y la Unión Europea endurecieron las sanciones contra el entorno presidencial y altos funcionarios.ç
Mendrala tildó de “simulacro” las elecciones del 7 de noviembre, que se celebraron con los principales opositores presos o en el exilio y toda disidencia silenciada, y sin observaciones internacionales independientes.
“Estamos enfocados en el restablecimiento de la democracia en Nicaragua. La liberación de (disidentes) presos sería un primer paso concreto”, aseveró.
Más de 40 críticos del gobierno fueron detenidos en Nicaragua entre junio y diciembre de 2021, incluidos siete potenciales rivales electorales de Ortega. A este grupo se suman otras 120 personas encarceladas por participar en las protestas antigubermantales de 2018.
“La familia Ortega Murillo, que perdió el apoyo popular hace tiempo y ya no tiene mandato democrático, ahora gobierna Nicaragua como autócratas represivos y eso hace que no se diferencien de la familia Somoza, a la que Ortega y los sandinistas combatieron hace cuatro décadas”, afirmó Mendrala.
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