Miguel Díaz-Canel se reunió este miércoles con el vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, Mohsen Rezai, en el marco de la gira del funcionario iraní por América Latina. El tour público de Rezai comenzó el pasado lunes, cuando participó de la toma de posesión de Daniel Ortega en Nicaragua, pese a que recae sobre él un pedido de captura internacional con alerta roja de Interpol.
La reunión entre el dictador cubano y el funcionario del Ayatollah Alí Khamenei y ex jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica -organismo declarado grupo terrorista- fue publicitado por la Cancillería de La Habana. “El Presidente de Cuba, Díaz-Canel, sostuvo hoy, en el contexto de la toma de posesión presidencial en Nicaragua, un cordial encuentro de trabajo con el vicepresidente para asuntos económicos de la República Islámica de Irán, Mohsen Rezaei”, señaló el breve comunicado.
Rezai es uno de los iraníes sobre los que pesa un pedido de captura internacional por parte de la justicia argentina, considerado uno de los autores intelectuales del ataque terrorista que se cobró la vida de 85 personas el 18 de julio de 1994 en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en Buenos Aires.
En 2006, un tribunal federal determinó que el ex jefe de la Guardia Revolucionaria había participado en el peor atentado de la historia argentina. Sin embargo, desde entonces, Interpol no activó sus resortes para poder detenerlo en los diversos países a los que concurre y se muestra libremente. En esta oportunidad, se mostró feliz de permanecer más de dos días en Managua para participar de la quinta entronización de Ortega y de reuniones bilaterales, como la que sostuvo con Díaz-Canel.
Horas después de conocerse su presencia en el acto inaugural nicaragüense y de las críticas que provocó en la opinión pública argentina, el gobierno de Alberto Fernández emitió un comunicado mostrando su descontento por la invitación hecha a Rezai. El embajador argentino Daniel Capitanich no realizó la denuncia a Interpol y permaneció en la ceremonia en representación del estado nacional.
“La Argentina reitera, como lo ha hecho en agosto pasado ante la designación de Rezai como vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, que su presencia en Managua constituye una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), cometido el 18 de julio de 1994″, señala un comunicado oficial de la Cancillería.
Merced a las fluidas relaciones entre Argentina y Cuba, algunos esperan que por la reciente cumbre mantenida entre Díaz-Canel y Rezai, el gobierno de Fernández mantendrá la misma indignación que días atrás y emitirá un durísimo comunicado repudiando la poca colaboración entre las dos naciones latinoamericana. Otros, sin embargo, son menos optimistas y especulan con que prevalecerá el principio de no injerencia.
Rezai, el poco buscado
Rezai se desempeñó desde 1997 como secretario del Consejo de Discernimiento de los Altos Intereses del Régimen. Pero antes fue uno de los jefes de la poderosa Guardia Revolucionaria durante 16 años, período que incluyó tanto el ataque a la AMIA como al de la Embajada de Israel, en 1992. Fue implicado en este atentado -en el que 22 personas murieron y 242 resultaron heridas- por su propio hijo, Ahmad, quien en 1998 desertó a los Estados Unidos y pidió asilo político.
El ex jefe de la Guardia Revolucionaria es un economista graduado en la Universidad de Teherán que siempre se ha caracterizado por sus posturas extremistas.
En febrero de 2020, Rezai aseguró en un canal de televisión del Líbano que el gobierno iraní estaba buscando un pretexto para “arrasar Tel Aviv hasta los cimientos”.
“Seguramente arrasaríamos Tel Aviv hasta los cimientos. Hemos estado buscando ese pretexto. Si Estados Unidos hace algo, podemos usarlo como pretexto para atacar a Israel”, dijo al canal al-Mayadeen, vinculado a la organización terrorista Hezbollah.
Según Rezai, por aquel entonces Irán buscaba una excusa para atacar Israel porque denunciaba que había participado -aportando datos de inteligencia- de la muerte del general Qassem Soleimani. El convoy en el que se dirigía hacia Bagdad había sido bombardeado por un drone norteamericano un mes antes.
“Fueron los israelíes quienes informaron sobre el viaje del mártir Soleimani de Damasco a Bagdad. Estábamos esperando que los estadounidenses nos dieran un pretexto para atacar Tel Aviv, al igual que atacamos a Ain al-Asad, e Irak”, continuó.
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