La directora del Centro de Privación de Libertad Número 2 de la provincia costera de Guayas, Lorena Calderón, sufrió este miércoles un atentado, del que salió ilesa, aunque resultó con heridas de bala el conductor de su vehículo.
Así lo reveló el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), en un mensaje a través de la redes sociales, en el que detalló que el conductor herido se encuentra estable.
La directora del centro penitenciario “sufrió un atentado mientras se movilizaba hacia su domicilio” y “como resultado de este hecho el conductor resultó herido (estable)”, añadió el SNAI, el organismo de control penitenciario del país.
Asimismo, aseguró que ha ejecutado un procedimiento de acompañamiento a la funcionaria que, al momento, “se encuentra a buen recaudo gestionando la denuncia”.
“En días pasados se procesó una alerta de seguridad para la funcionaria, lo cual permitió que equipos de inteligencia y seguridad policial -que la escoltaban- actúen oportunamente para salvaguardar su vida”, apuntó el SNAI.
Este suceso se suma a la crisis carcelaria que soporta desde hace algunos años el sistema penitenciario de Ecuador, que fue particularmente violento el año pasado, por el frecuente enfrentamiento entre bandas de reos, que dejó más de 300 reclusos muertos en diferentes prisiones durante 2021.
Además, el pasado martes, el SNAI informó de que otros tres reos habían muerto en una cárcel en la ciudad costera de Esmeraldas (noroeste).
El año pasado, varios hechos violentos en las cárceles ecuatorianas sacudieron la conciencia ciudadana, sobre todo la masacre ocurrida a finales de septiembre en la Cárcel Número 1 de Guayas, conocida como “La Penitenciaría del Litoral”, que dejó 116 reos asesinados y 80 heridos.
El Gobierno, entonces, declaró un estado de excepción en el sistema penitenciario que concluyó el pasado 28 de diciembre, con el objetivo de intentar devolver la tranquilidad en los centros de reclusión.
Según el Ejecutivo, la crisis carcelaria obedece al enfrentamiento entre bandas de delincuentes que quieren hacerse con el control de las prisiones y que, supuestamente, tendrían nexos con el narcotráfico, aunque el sistema penitenciario ecuatoriano también adolece de hacinamiento y falta de recursos, entre otros problemas.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: