“La CELAC no nació para oponerse a nadie, ni para inmiscuirse en la vida política de ningún país. Nació para defendernos a nosotros mismos”, afirmó el presidente argentino Alberto Fernández al asumir como presidente por tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños ayer. Pero para lograr la anhelada designación -en septiembre pasado no había conseguido el consenso que requiere el grupo- se acercó aún más a tres regímenes altamente criticados en el mundo: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Con la elección consumada, y luego de que la oposición argentina alertara sobre “las concesiones que el Gobierno de Fernández ha hecho o pueda realizar frente a los abusos evidentes de las dictaduras” en Cuba, Nicaragua y Venezuela, Colombia - muy incómoda por el cobijo del organismo a estos tres regímenes- criticó los “silencios oportunistas” sobre las brutales violaciones de los derechos humanos.
“No podemos tener silencios oportunistas frente a valores fundamentales, que lo fueron y serán siempre en todo lugar, como la defensa de la democracia, las libertades y los derechos humanos”, afirmó la viceministra de Asuntos Multilaterales de Colombia, María Carmelina Londoño en el marco de la XXII Reunión de Ministros y Ministras de Relaciones Exteriores.
En opinión de Colombia, la CELAC debe actuar con “coherencia” a la hora de defender estos principios y sugirió la suspensión de aquellos estados miembros que vulneren los fundamentos del mecanismo regional, creado en 2010.
La viceministra de Asuntos Multilaterales de Iván Duque también ratificó el compromiso de su país con la OEA, a la que considera como el “centro de gravedad de un acervo institucional y normativo” de todos los estados americanos. De hecho, Londoño hizo explícito su rechazo a las afirmaciones que sugieren fortalecer a la CELAC con el objetivo de “enterrar a la OEA”, una postura que, según su criterio, constituiría “una equivocación descomunal” y una “gran irresponsabilidad”.
La colombiana apuntó así directamente contra el objetivo de acotar la influencia regional de OEA que lideran el argentino y sus aliados autoritarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Luis Almagro, secretario general de la OEA, es un blanco recurrente de Alberto Fernández. El Presidente argentino cuestiona su agenda en Cuba, Nicaragua y Venezuela, y apuesta a transformar a la CELAC en un foro multilateral que apague a la OEA y atenúe la incidencia regional de Estados Unidos.
La CELAC, integrada por una treintena de países, fue criticada varias veces por ofrecer respaldo a cuestionados gobierno que fuera de sus cumbres no encuentran legitimidad internacional.
Uno de los momentos de mayor tensión se vivió en 2020, cuando Brasil abandonó el organismo descontento porque el grupo apoyaba a “regímenes no democráticos” como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, cuestionados a su vez por Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos por presuntas violaciones a los derechos humanos.
El año pasado, en México, a la voz colombiana se sumó la del uruguayo Luis Lacalle Pou, la del ecuatoriano Guillermo Lasso y la del paraguayo Mario Abdo: estos tres mandatarios se animaron a criticar a los dictadores Díaz Canel y Maduro mirándolos a la cara.
El uruguayo recitó entonces una estrofa de “Patria y Vida”, la canción que se transformó en una emblema de la lucha contra la dictadura cubana: “Quiero citar una canción muy linda que quienes la cantan se sienten oprimidos por el gobierno: ‘Que no siga corriendo la sangre por querer pensar diferente, quién les dijo que Cuba es de ustedes si mi Cuba es de toda mi gente’”.
“Mi presencia en esta cumbre, en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente”, aseguraba por su parte Abdo.
En su intervención, el ecuatoriano Lasso advirtió que el futuro común de la región solo puede construirse a través de la libertad. “Libertad para nuestros ciudadanos, para abrir nuevos mercados , para comerciar, soñar y crecer juntos en una plena democracia donde existan elecciones transparentes, donde se respete la libertad de expresión, donde se respeten los derechos humanos y las libertades políticas de los opositores a nuestros gobiernos”, pidió.
Los objetivos argentinos para 2022
En su programa para 2022, Argentina propone trabajar en la Celac sobre 15 objetivos, entre ellos estrategias sanitarias, la recuperación económica, la gestión de riesgos en situaciones de desastre y la seguridad alimentaria.
También la cooperación aeroespacial y ciencia y tecnología aplicadas a la innovación social, la cuestión del cambio climático o la discusión de estrategias para concertar posiciones ante organismos financieros internacionales.
En este sentido, Fernández agradeció el apoyo que Argentina ha recibido de parte de los cancilleres en la negociación que está llevando con el Fondo Monetario Internacional, para refinanciar la deuda que Argentina tiene por más de 40.000 millones de dólares.
Entre otros temas, en los discursos se abordó también la importancia de la recuperación “poscovid”, la necesidad de fomentar un acceso universal a las vacunas de forma equitativa y mejorar las condiciones de financiamiento internacional.
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