La obligatoriedad en Bolivia de portar un carnet de vacunación contra el COVID-19 a partir del comienzo de este año disparó la demanda de inmunizantes y colapsó los centros de salud, por lo que el gobierno decidió suspender temporalmente el uso del documento desde este jueves.
Sin embargo, hay una razón más de fondo que hizo que el Ejecutivo de Luis Arce reconsiderara la medida. Sectores afines al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del gobierno, se oponen a la obligatoriedad de la vacuna.
En concreto, según publicó el periódico El Deber, se trata de nueve sectores los que provocaron que el Gobierno suspenda la vigencia de los decretos 4640 y 4641 que obligaban a la presentación del carnet de vacunación o una prueba PCR negativa para realizar trámites o ingresar a espacios públicos.
Siguiendo al diario citado, fueron sectores sociales de La Paz y El Alto los que le ganaron la pulseada a Arce. Por ejemplo, la Federación Departamental de Maestros de Educación Rural de La Paz señaló que está de acuerdo con la vacunación, pero no con que el Poder Ejecutivo la imponga. En tanto que los cocaleros de Yungas se manifestaron directamente en contra de la inmunización.
“Nos quieren poner eso en el cuerpo, están haciendo un experimento con nosotros y están atentando contra la vida de los bolivianos, de aquí a un tiempo. Tenemos el derecho a definir si es que nos vacunamos o no. Le damos 24 a 48 horas para que abrogue”, afirmó un dirigente, según consignó El Deber.
Por su parte, las juventudes del MAS pidieron una pausa a las normas para aplicarlas en el área rural y el Comité Cívico de El Alto solicitó al mandatario cambiar la norma y que haya consensos previos a cualquier decisión.
Centros de salud colapsados
Centros de salud en todo el país mostraron, desde que entró en vigencia la solicitud de la cédula de vacunación el 1 de enero hasta el miércoles, una enorme aglomeración de personas.
La alcaldía de La Paz dijo este jueves en un comunicado que “aumentó 10 veces la solicitud de vacunación en tres hospitales municipales en una semana”. El promedio diario en cada nosocomio era, antes de la disparada de solicitudes, de entre 70 y 300, acotó el gobierno local.
El secretario municipal de Salud de Cochabamba, Aníbal Cruz, señaló a la agencia de noticias AFP: “Vino una avalancha de gente que colapsó el sistema de vacunación”. Además, explicó que desde principios de mes se inmunizaban en la ciudad, la cuarta más poblada del país, a 10.000 personas por día, lo que prometía alentadoras metas.
Empero, la presión ciudadana por vacunas desbordó la capacidad de atención de los centros de salud y esto obligó al poder Ejecutivo a suspender la solicitud del documento de vacunación desde este jueves hasta el próximo 26 de enero.
El Ministerio de Salud, en un comunicado, explicó que la medida permitirá “mejorar los puntos de vacunación y adecuarlos con mejores medidas de bioseguridad para evitar aglomeraciones”.
Este mismo jueves los puntos de vacunación mostraron un descenso de personas.
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