Tras el regreso de las fiestas navideñas, Chile registró este jueves 3.134 nuevos casos de COVID-19, la cifra más alta desde principios de julio, mientras que la tasa nacional de positividad escaló hasta casi rozar 4 %.
Las autoridades sanitarias informaron de que el balance total desde el inicio de la pandemia quedó así en 1,8 millones de infecciones y 39.207 muertos, tras confirmarse 30 nuevos decesos en las últimas 24 horas.
Los nuevos contagios se dispararon un 103 % en la última semana en la Región Metropolitana, a la que pertenece Santiago y donde viven 8 de los 19 millones de habitantes del país.
La pandemia, que tuvo su pico más grave entre marzo y junio pasados y obligó a confinar una vez más al 90 % de la población, llevaba varios meses bajo control, pero las fiestas navideñas y la llegada de Ómicron han complicado un poco la situación.
El ministro chileno de Salud, Enrique Paris, dijo el miércoles que los contagios de Ómicron bordean los 700 y que el 80 % proceden de viajeros, en su mayoría procedentes de Estados Unidos.
Pese al aumento de casos, la presión hospitalaria sigue siendo muy baja, con menos de 500 pacientes ingresados en cuidados intensivos y más de 250 camas críticas aún disponibles.
En una de las campañas de inoculación más exitosas del mundo, Chile ha distribuido hasta ahora más de 11,3 millones de dosis de refuerzo y más del 92 % de la población (19 millones de habitantes) cuenta con un esquema completo de vacunación con dos dosis o dosis única.
La vacuna más usada es CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, aunque también se administran en menor medida Pfizer/BioNtech, AstraZeneca y Cansino.
Las autoridades comenzarán a aplicar la cuarta dosis de la vacuna a finales de mes y desde el pasado 1 de enero más de 1,6 millones de chilenos sufren restricciones de movilidad por no haberse aplicado la dosis de refuerzo.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: