El régimen cubano despide uno de los años más represivos de su historia, con cientos de nuevos presos políticos y una gigantesca militarización del país, pero con un pueblo que ha perdido el miedo al grito de “Patria y Vida”. Desde las históricas protestas del 11 de julio, la dictadura cubana detuvo a 1.320 personas, según los datos de la ONG de derechos humanos Cubalex. Entre ellos hay cientos de jóvenes.
Entre los actuales jóvenes detenidos, 14 son menores de edad. Una parte de ellos se encuentran en servicios penitenciarios, mientras que otros están con prisión domiciliaria. La fiscalía del régimen cubano les está dictando condenas que van hasta los 30 años de prisión, una respuesta que ha recibido un amplio repudio internacional. Cabe destacar que estos juicios son totalmente arbitrarios, lleno de acusaciones falsas o injustas. El objetivo de estas duras penas es intentar sofocar futuras protestas e intimidar opositores.
Mientras tanto, la situación dentro de las cárceles cubanas sigue siendo catastrófica, los detenidos sufren de las peores torturas, tanto físicas como psicológicas.
Uno de los casos más famosos es el de José Daniel Ferrer, un activista por los derechos humanos con una larga trayectoria, quien se encuentra detenido junto a su hijo desde el 11 de julio, cuando se disponía a marchar. A Ferrer lo están matando lentamente dentro de la prisión, lo tienen en condiciones inhumanas.
Su hermana ha reportado su situación dentro de la cárcel: “Lo tienen entre cuatro paredes blancas con una lampara encendida las 24 horas del día, bajo torturas físicas y psicológicas constantes y permanentes, su cuerpo esta lleno de picaduras, presenta sangrado bucal, fuertes e insoportables dolores de cabeza, parálisis y temblores momentáneos, perdida de la visión, además de los problemas de salud contraídos durante anteriores encierros, como son hipertensión arterial, gastritis crónica y úlcera duodenal, sin ninguna atención médica ni medicamentos apropiados”.
Este es apenas uno de los casos más reconocidos dentro de la isla, pero le ocurre a prácticamente todo opositor cubano. Son cientos los casos actuales de detenidos que reportan brutales torturas dentro de las cárceles cubanas, tanto a hombres como a mujeres.
La tortura es una práctica común en Cuba, son múltiples las denuncias de estas practicas dentro de la isla y es el régimen cubano el mayor especialista en el continente sobre los métodos de torturas. Muchas de ellas luego son exportadas a Venezuela o Nicaragua, donde siguen el manual al pie de la letra sobre como mantener el miedo en la ciudadanía. El alumno mayor ha sido la Venezuela chavista, donde la DGCIM (División General de Contrainteligencia Militar), encargada de las torturas a opositores, ha sido entrenada, preparada y manejada por oficiales cubanos.
Por estas razones, Cuba se ha convertido en la cárcel más grande de América Latina, esto es lo que dicen los datos. Una larga investigación de la ONG Cuban Prisoners Defenders lo reporta como el país con mas presos per cápita de toda la región, con un índice de condenas mayor al 90 por ciento. Alrededor de 40.000 personas reciben acusaciones en la isla, un 93% termina condenado.
Según el último reporte del Instituto de Investigación de Políticas Criminales (ICPR), el Word Prison Brief, que aporta datos sobre todos los sistemas penitenciarios del mundo, Cuba tiene en la actualidad alrededor de 57.500 presos con una población de 11 millones de habitantes, un promedio de 510 presos cada 100.000 habitantes. Para compararlo y ver en detalle estos datos, Colombia con una población de 50 millones de habitantes, no llega a los 100.000 presos.
La actual crisis cubana ya va más allá de los desastrosos números económicos, esto ha sido demostrado en el estallido social que se vivió en el mes de julio. Los ciudadanos no gritaban por comida o medicinas, los pedidos centrales de los ciudadanos eran libertad y democracia.
El régimen cubano ha perdido todos sus mitos que le lograban mantener una imagen internacional, más que imagen una careta, para ejercer sus actos con total impunidad. Las condenas internacionales son cada vez más y muchos de los que antes defendían públicamente, con total orgullo, lo que ocurría en la isla, hoy prefieren guardar silencio o despegarse de ello. La dictadura cubana se encuentra más sola que nunca, agarrada de la mano junto a los otros dos brutales regímenes de nuestra región, Venezuela y Nicaragua.
2021 se va siendo un año historico para el pueblo de Cuba, pero 2022 puede llegar a ser mayor. Todo depende de lo que ocurra dentro de la isla, pero será sumamente importante que el mundo no deje solo al pueblo cubano en esta lucha tan desigual.
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