Mediante un comunicado subido a redes sociales, la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) radicalizó su postura contra el próximo gobierno de Gabriel Boric, que define como “a esa nueva izquierda ‘hippie, progre y buena onda’”, indicando que “nace pactado en el marco de la relación inter-burguesa nacional e internacional”. Por lo anterior, anunciaron nuevas movilizaciones y llamaron a reivindicar la violencia política como método de lucha pues “el pueblo mapuche tiene su propio ordenamiento político-militar desde antes de la formación del estado chileno”.
En un duro comunicado, la CAP expuso en siete puntos sus críticas al próximo gobierno, entre los que detallan que “se busca desconocer que como pueblo Mapuche sostuvimos una larga independencia y soberanía sobre nuestro territorio ancestral, a tal grado, que las estructuras coloniales y republicanas se mantuvieron al margen de nuestras vidas por varios siglos, sin lograr imponer sus formas culturales, económicas y políticas. La única vía que encontraron los winka (los no mapuche) para hacerse de nuestro territorio fue, el despojo, el engaño, el tutelaje racista y la militarización, fenómenos que hoy vuelven a repetirse”, afirma el texto.
El comunicado añade que “más aún, en el actual panorama donde surgen voces intentando direccionar nuestra autonomía bajo su institucionalidad y paternalismo, le respondemos a esa nueva izquierda ‘hippie, progre y buena onda’ y que hoy celebra un gobierno socialdemócrata o, para ser más precisos, de centro-izquierda, que el pueblo mapuche tiene su propio ordenamiento político-militar desde antes de la formación del estado chileno”.
La Coordinadora también acusa “un constante negacionismo, un sesgo e ignorancia masificada sobre la historia de nuestra Nación Mapuche, orquestada e impuesta por el estado Chileno para justificar la usurpación del Wallmapu (territorio mapuche)”, lo que además implicaría un ciclo en el que se repite la militarización, el engaño y despojo.
La CAM afirma asimismo que “entendemos que aunque las formas del poder y la dominación pueden variar, en su fondo siguen siendo las mismas estructuras contra las que hemos luchado durante mucho tiempo”, añadiendo que “el poder colonial que nos sometió hace más de un siglo sigue la misma lógica en la actualidad. Así, (Cornelio) Saavedra, (Augusto) Pinochet y (José Antonio) Kast representan la continuidad histórica como proyecto de dominación fascista y racista a ultranza”.
Por lo anterior, seguirán luchando “por la reconstrucción Nacional Mapuche sin variar un centímetro en nuestra línea y principios de lucha”.
Críticas a la Convención Constituyente
La Coordinadora también criticó el actual proceso constituyente, aseverando que “en la actualidad y como expresión concreta de estas estructuras de dominación, la supuesta lucha contra la ‘violencia en La Araucanía’ se configura como una táctica transversal que sostiene el empresariado, la derecha, los medios de comunicación, e incluso la Convención Constituyente y Gabriel Boric, destinada a mantener como sea el sistema al punto de justificar la represión y la militarización para hacer frente al movimiento mapuche autonomista revolucionario que ejerce el control territorial”
En duros términos, afirman además que “pareciera ser que cuando tocan los intereses del gran capital no existen diferencias entre ‘izquierda y derecha’, ya que ambos sectores sostienen un discurso homogéneo ante los avances políticos y materiales de nuestras reivindicaciones. Estos sectores olvidan que en nuestro horizonte histórico fue la violencia política y la resistencia la que nos hizo un pueblo soberano y es nuestro legítimo derecho utilizarla para mantenernos dignos como pueblo nación”.
Intereses dominantes
El texto de la CAM, critica además el discurso que instala una realidad vinculada al narcotráfico en la zona del conflicto mapuche. Al respecto, aseveran que dicha táctica “forma parte de una estrategia contrainsurgente que se abre camino en el escenario político actual mediante la instalación de una narrativa narcoterrorista, dirigida a arrinconar y desprestigiar política, económica y mediáticamente a nuestras expresiones de lucha revolucionaria. Son las arremetidas desesperadas de las clases dominantes y el fascismo para salvaguardar sus intereses ante el fortalecimiento del weychan (lucha)”.
Sobre este punto, reconocen que ha existido hechos que efectivamente han estado vinculados al narcotráfico o el robo de madera, de los cuales se desligan. Sobre este punto, plantean que han ocurrido “ciertas desviaciones que se han producido al interior del movimiento mapuche en general y que han resultado ser funcionales al poder de dominación como el narcotráfico, las mafias vinculadas a la extracción de madera, el paramilitarismo yanacona y la servidumbre de los nuevos microempresarios mapuche”.
Finalmente, la CAM hace un abierto llamado “a nuestro pueblo Mapuche rebelde a seguir resistiendo y a reivindicar la violencia política como un instrumento legítimo de nuestra lucha, sea quien sea que esté gobernando y que mantenga el patrón de acumulación capitalista y su andamiaje colonial” y apuntaron a “no dejarse engañar por falsas promesas y a no caer en la visión cortoplacista y mezquina de la seudo izquierda”.
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