Chile transitó este domingo una de las jornadas más polarizada de los últimos 30 años. Dos candidatos extremadamente opuestos, el izquierdista Gabriel Boric y el conservador José Antonio Kast se enfrentaron un ballotage histórico, porque por primera vez desde la recuperación democrática, los postulantes no pertenecían a las formación tradicionales. Sin embargo, la hostilidad de la campaña quedó atrás esta noche, cuando se confirmó el triunfo de Boric y el presidente saliente, Sebastián Piñera, cumplió con la gran tradición democrática de saludar al ganador en una conversación televisada en directo.
El diálogo hizo recordar al ameno traspaso de mando en Uruguay entre el ahora fallecido Tabaré Vázquez y Luis Lacalle Pou, muy celebrado en una América Latina acostumbrada en las últimas décadas a un vergonzoso escenario de confrontación.
“Todos esperamos que tenga un muy buen gobierno, estoy seguro que va a entregar lo mejor de sí mismo”, expresó el mandatario saliente. Y agregó: “Usted va a ser uno de los presidentes más jóvenes de los últimos tiempos y uno siempre tiene que saber combinar la fuerza y el idealismo de la juventud con la experiencia”, manifestó.
A sus 35 años -la edad mínima para acceder al cargo-, Boric, que encabeza una alianza entre el Frente Amplio y el Partido Comunista, se impuso con un 55,8 % de los votos al abogado conservador José Antonio Kast, que obtuvo un 44,1 %.
“Voy a dar lo mejor de mí para estar a la altura de este tremendo desafío”, contestó Boric, siempre con una sonrisa en el rostro mientras dialogaba con Piñera. “Seré el presidente de todos los chilenos y chilenas, no gobernaré solo entre cuatro paredes”, expresó en una cordial conversación el diputado y exlíder estudiantil.
La conversación con Piñera no fue la única prueba de la práctica democrática chilena. Tan solo una hora y media después de que cerraran los comicios el conservador Kast usó las redes sociales para felicitar a su rival. Lo llamó por teléfono e incluso fue hasta su búnker para saludarlo.
“Acabo de hablar con Boric y lo he felicitado por su gran triunfo. Desde hoy es el presidente electo de Chile y merece todo nuestro respeto y colaboración constructiva”, expresó el abogado.
Estas postales, que parecen insólitas en al región, son ya un clásico chileno.
Boric se convertirá en marzo en el presidente más izquierdista desde el Gobierno del derrocado Salvador Allende (1973-1990) y el primero que no forma parte de los dos grandes bloques que se repartieron el poder desde el retorno a la democracia en 1990.
Boric obtuvo un amplio apoyo en la capital y en otros núcleos urbanos como Valparaíso aunque también logro imponerse en regiones y zonas rurales como Atacama, O’Higgins o Antofagasta, que había perdido en primera vuelta.
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