El presidente saliente de Chile, Sebastián Piñera, pidió este domingo que el nuevo mandatario sea “el presidente de todos” durante el polarizado ballotage en el que compiten el exlíder estudiantil de izquierda Gabriel Boric y el ultraconservador José Antonio Kast.
“Esta noche vamos a tener un nuevo presidente electo por todos ustedes y yo creo que sea quien sea, nunca debe olvidar que debe ser el presidente de todos los chilenos, no solo de quienes lo apoyaron”, aseveró tras emitir su voto.
Piñera agregó que Chile está “viviendo un clima de excesiva polarización, confrontación y disputas”, y deseó al nuevo mandatario “sabiduría, prudencia y éxito”. “Podemos tener diferencias, pero todos queremos lo mejor para el país. (...) Los chilenos tienen capacidad de diálogo y de acuerdo, pero la política parece una guerra permanente”, afirmó.
Con dos candidatos que traen propuestas más drásticas que las de los grandes bloques de centro-derecha y centro-izquierda que llevan tres décadas repartiéndose el poder, el próximo mandatario será o el más izquierdista desde Salvador Allende (1970-1973) o el más derechista desde Augusto Pinochet (1973-1990).
Piñera aseguró confiar en que los resultados se conocerán esta misma noche, aunque aclaró que, en caso haber un margen muy estrecho entre los candidatos, deberán ser ratificados por un tribunal electoral y el proceso podría demorarse.
Los expertos coinciden en que este escenario es plausible, teniendo en cuenta el gran número de votantes que seguía indeciso en las últimas encuestas y que en primera vuelta solo les separó dos puntos porcentuales (Kast obtuvo un 27,9 % de apoyo y Boric un 25,8 %).
El mandatario concluyó con un tajante llamado a acudir a las urnas, especialmente tras una primera vuelta en la que participó apenas el 47 % del censo electoral. “Esperamos tener un acto democrático, transparente y limpio. Queremos escuchar fuerte y profunda la voz de la gente”, expresó.
El próximo presidente, que tomará posesión en marzo de 2022 por un período de 4 años, deberá coser las heridas que dejó la crisis social de 2019; liderar la implementación de las normas de la nueva Constitución -en caso de aprobarse en un plebiscito de salida-, y hacer frente a los retos económicos que dejó la pandemia.
Proyectos diferentes
“Los dos candidatos representan proyectos muy diferentes y están apoyados por partidos muy diferentes en los extremos”, señala a la AFP la doctora en Ciencias Políticas María Cristina Escudero, de la Universidad de Chile.
Nunca antes desde el retorno a la democracia, en 1990, se enfrentan en un balotaje candidatos que no pertenecen ni a la exConcertación de partidos de centro izquierda ni a la Alianza derechista.
Los dos proyectos políticos opuestos generan esperanza para buena parte de los votantes y temor para otros.
“El comunismo no es bueno ni para la gente pobre, ni para los ricos, para nadie. Soy una persona normal y trabajadora. Me gusta la paz, la tranquilidad y la posibilidad de seguir avanzando lentamente”, dice a la AFP Ricardo Sepúlveda, un jubilado de 75 años y simpatizante de Kast.
Camila Chamblas, profesora de 26 años, votará por Boric. “Hay mucha gente joven que no toma parte en la política pero las cosas que dice (Kast) son como un continuación” de las políticas de Pinochet, afirma a la AFP.
La campaña tuvo un tono muy polarizado, con un cruce de cuestionamientos y el despliegue de noticias falsas.
“Esta campaña se ha encarado por la clase política de la peor manera (...) con una imagen de polarización que es bastante engañosa”, dijo a la AFP el analista político Marcelo Mella, de la Universidad de Santiago.
Se trató de “una competencia centrada en desprestigiar al competidor con acusaciones que demostrarían falta de integridad de parte de los candidatos. Eso no es necesariamente polarización, es un mecanismo para generar un efecto visual y ganar esta elección”, se pregunta Mella.
Fantasma de la abstención
Desde que en 2012 se instaló el voto voluntario en el país, la abstención ha marcado las elecciones chilenas. En la primera vuelta, en la que Kast se impuso con el 27,9% de los votos frente a Boric (25,8%), la participación alcanzó el 47%.
“Existe una crisis que no es reciente sobre la oferta política en Chile de los partidos, que se expresa en las coyunturas electorales en que difícilmente se ha sobrepasado el 50%”, explica Mella.
En esta segunda vuelta, el fantasma de una alta abstención sigue rondando.
“Puede que vaya a votar más gente que se ha movilizado en esta polarización entre proyectos tan distintos pero también puede que vaya a votar menos gente, porque se quedó sin candidato en el centro y decida no ir a votar”, agrega la académica Escudero.
“Hemos tenido segundas vueltas bien ajustadas en el pasado, estamos acostumbrados a que (el resultado) sea estrecho”, dice.
“Tengo miedo, la verdad. No hay realmente esperanza, porque no me gusta ninguno. No quiero que seamos tampoco un segundo Venezuela, pero tampoco un país de extrema derecha”, alega Javiera Otto, trabajadora de Amazon, de 24 años.
Con onformación de EFE y AFP
SEGUIR LEYENDO: