La justicia brasileña condenó a los acusados del incendio que dejó 242 muertos en la discoteca Kiss en Brasil

Cuatro de los implicados recibieron penas de entre 18 y 22 años de prisión por la tragedia ocurrida en 2013

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Vista de ofrendas florales en la discoteca Kiss en Santa María, en el Estado de Río Grande do Sul (EFE/Marcelo Sayão/Archivo)
Vista de ofrendas florales en la discoteca Kiss en Santa María, en el Estado de Río Grande do Sul (EFE/Marcelo Sayão/Archivo)

Un tribunal brasileño condenó este viernes a condenas de entre 18 y 22 años de prisión a cuatro de los acusados de haber provocado hace ocho años un incendio en una discoteca de una ciudad del sur de Brasil que dejó 242 muertos y 636 heridos, en su mayoría estudiantes universitarios.

La condena fue impuesta tras un juicio de diez días, el más largo en la historia del Poder Judicial de Río Grande do Sul, estado del sur de Brasil fronterizo con Argentina y Uruguay, que tuvo una amplia repercusión en los medios y en las redes sociales.

Pese a la decisión del Tribunal del Jurado de Porto Alegre, ampliamente festejada por los familiares de las víctimas de la que es considerada como mayor tragedia de su tipo en los últimos 60 años en Brasil, los condenados abandonaron la corte en libertad gracias a que fueron beneficiados por un hábeas corpus.

Un jurado de siete miembros consideró a los reos responsables por los delitos de homicidio e intento de homicidio doloso por su responsabilidad en el incendio del 27 de enero de 2013 que destruyó la discoteca Kiss y en la que unos 1.000 jóvenes, de entre 17 y 30 años, celebraban su reencuentro por el reinicio de aulas en esta ciudad universitaria.

Las 242 víctimas murieron en su mayoría por asfixia, ya que inhalaron los gases tóxicos liberados por una espuma que forraba el techo de la discoteca para reducir los ruidos y que también sirvió como material inflamable para esparcir las llamas.

La discoteca Kiss (Europa Press/Archivo)
La discoteca Kiss (Europa Press/Archivo)

Las principales condenas fueron impuestas a los propietario de la discoteca, Elissandro Spohr, que tendrá que cumplir una pena de 22 años y seis meses de prisión, y Mauro Hoffmann, condenado a 19 años y seis meses.

Los otros dos condenados, a penas de 18 años de prisión, fueron Marcelo de Jesús dos Santos y Luciano Bonilha Leoa, respectivamente el cantante y un asistente del grupo musical Gurizada Gandangueira, que se presentaba en la discoteca.

Según la Fiscalía, la tragedia se produjo cuando el cantante del grupo encendió un artefacto pirotécnico que le entregó el asistente y cuyas chispas alcanzaron una espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento, pese a que el material es altamente inflamable y no es recomendado por los bomberos.

Spohr reconoció en el juicio que fue suya la decisión de usar la espuma como aislante acústico pese a que ningún ingeniero, bombero o especialista se la recomendó.

Las llamas y la humareda provocaron pánico entre las personas que estaban en la discoteca y una correría hacia las puertas de salida, en donde algunas murieron pisoteadas y otras fueron retenidas por el personal de seguridad, que pensó que querían salir sin pagar.

La dificultad en la evacuación causó la muerte por asfixia de la mayoría de las víctimas, cuyos cuerpos fueron hallados amontonados cerca a la única puerta del establecimiento y en los baños.

El interior de la discoteca (AFP/Archivo)
El interior de la discoteca (AFP/Archivo)

Al anunciar la sentencia, el juez Orlando Faccini Neto destacó que muchas de las víctimas murieron cuando volvieron a la discoteca para intentar ayudar a socorrer a sus compañeros.

El juez llegó a anunciar la prisión inmediata de los condenados para que comiencen a cumplir sus penas pero tuvo que revisar su decisión tras ser informado que el Tribunal de Justicia de Río Grande do Sul les concedió un hábeas corpus que les permite esperar en libertad a que cortes superiores se pronuncien sobre sus recursos.

La Fiscalía también presentó cargos de menor gravedad contra otras 20 personas, entre ellos socios y personal de seguridad de la discoteca y 4 bomberos que certificaron las “buenas condiciones” del lugar, que aún no han sido juzgadas.

Después de la tragedia, el Gobierno promulgó la llamada “Ley Kiss” que endurece las exigencias de seguridad para otorgar las licencias de funcionamiento de establecimientos públicos.

La tragedia de la discoteca es la segunda mayor de su tipo en la historia de Brasil tras la provocada por un incendio el 17 de diciembre de 1961 en el Circo Americano, en la ciudad de Niterói, que dejó 503 muertos, en su mayoría niños.

(Con información de EFE)

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