El proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, se creó en el gobierno de Rafael Correa y se lo presentó como el “más grande de la historia del Ecuador”. La Central Hidroeléctrica fue construida por la empresa china Sinohydro y está ubicada entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos. Además de tener al menos 7.000 fisuras en los distribuidores de turbina de la casa de máquinas de la Central que han llevado a que Ecuador esté en una batalla judicial con Sinohydro, la Coca Codo Sinclair es una de las causas que ha provocado la erosión regresiva del río Coca y que ahora amenaza al Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE).
La erosión de un río se produce “cuando la hidrodinámica de un río es tan fuerte que puede carcomer las orillas y taludes aledaños a su cauce, cambiando el trayecto original del río” y se vuelve regresiva “cuando el socavamiento se come el lecho del río, pero en sentido contrario a su cauce”, según explicó Esteban Terneus, director de la Escuela de Gestión Ambiental de la Universidad Internacional del Ecuador, en una publicación del 2020.
Aunque la erosión regresiva puede ser un fenómeno natural, Terneus explica que en el caso del Río Coca, “el haber alterado los caudales originales de los aportantes que conformaban la cascada de San Rafael, restándole su capacidad de flujo y conducción de volumen de agua” ha creado “un debilitamiento y resquebrajamiento de los lechos de agua, dejándolos mucho más susceptibles a ser acarreados por el agua, en épocas de intensas lluvias y explosiones súbitas de caudal”. La cascada San Rafael, la más grande del Ecuador, se desvaneció el 2 de febrero de 2020. ¿La causa?: “La erosión en el río Coca en la región amazónica del país creó un enorme sumidero, borrando en gran medida la preciada cascada de San Rafael, de 150 metros de altura”, de acuerdo con la Fundación ALDEA.
La alteración de los caudales a la que se refiere Terneus en su publicación coincide con lo escrito por el coordinador del programa de agua en América del Sur en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Emilio Cobo, en abril de 2020. En su publicación, Cobo explica que la Coca Codo Sinclair produce alteraciones sobre el río, sobre todo, “la pérdida del caudal, la interrupción de la carga natural de sedimentos y la pérdida de energía cinética (movimiento) del flujo”. Lo anterior, dice Cobo, no solo afecta al equilibrio del río sino que genera inconvenientes para la obra cuando se trata de la captación del agua porque se da “un proceso acelerado de sedimentación y acumulación de bancos de arena que tras el paso de los años afectan el rendimiento del sistema”.
La Coca Codo Sinclair fue inaugurada por el entonces presidente Rafael Correa –condenado y prófugo de la justicia por el caso de sobornos de Odebrecht–, el ex vicepresidente Jorge Glas –condenado por asociación ilícita en el mismo caso de Correa– y el presidente de la República Popular China, XI Jinping. La Central Hidroeléctrica costó más de USD 2.200 millones y se financió con un crédito otorgado por China. En febrero de 2019, la Contraloría General del Estado estableció en un informe que la obra generó perjuicio económico al país por las fisuras existentes. El perjuicio, por el que Ecuador presentó una solicitud de arbitraje en contra de la empresa china Sinohydro ante la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional, supera los USD 1.000 millones.
Una vez concluida la hidroeléctrica, según la Escuela Politécnica Nacional, la morfología del río mostró “cambios importantes” y una tasa de erosión del 42 %. Cobo, que cita estos datos en su publicación, señala que “esto muestra claramente la incidencia del proyecto sobre la dinámica del río, cambios que son evidentes en el aspecto del río estos últimos años”.
En abril de 2020, un socavón provocado por la erosión, causó la ruptura del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano y del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). Como consecuencia se derramaron más de 15.000 galones de petróleo que contaminaron el río y afectaron a las comunidades nativas de la zona.
Actualmente, la erosión amenaza al SOTE. El Gobierno trabaja en la construcción de la séptima y quinta variante del sistema de oleoducto para alejar a las tuberías de la erosión. La empresa privada OCP Ecuador es la encargada del movimiento de la tubería para la construcción del noveno bypass temporal. Frente al avance de la erosión regresiva, la empresa ha iniciado labores preventivas que incluyen un monitoreo 24 horas y un plan de drenaje de emergencia si la situación lo amerita.
En 1972, el SOTE se convirtió en el motor de la economía del país, al transportar el petróleo que se extrae en la zona oriental del país hasta el Terminal Marítimo de Balao para su exportación y entrega a los tres centros refinadores con que cuenta el país, según Petroecuador. El SOTE funciona las 24 horas del día, todos los días del año y transporta entre 250.000 a 360.000 barriles de petróleo por día. Para el 2018, el SOTE había transportado 5.000 millones de barriles. El SOTE se paralizó por dos horas durante las jornadas de protestas en contra del gobierno en octubre de 2019. La pérdida por esa paralización fue de USD 1,7 millones. En caso de que la erosión regresiva alcanzara los oleoductos, las pérdidas serían millonarias.
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