José Daniel Puga Vera, de tan solo 13 años, pide como regalo para esta Navidad que él y otros niños del mundo consigan ganar la lucha contra el cáncer. En esta búsqueda, Vilma Vera, su madre, juega un papel fundamental.
En una carta manuscrita publicada en Twitter, José Daniel cuenta que le gustaría recibir una televisión por Navidad. Su madre afirma que el sueño del niño es poder mirar caricaturas infantiles. Tal vez sea una forma de alivio mientras descansa de los agobiantes tratamientos de quimioterapia que recibe en Guayaquil para combatir la leucemia: un cáncer de los tejidos que conforman la sangre, especialmente la médula ósea y el sistema linfático, que prohíbe que el cuerpo combata una infección.
La leucemia es el cáncer más común en niños y adolescentes, y representa casi 1 de cada 3 casos. Aproximadamente 3 de cada 4 niños y adolescentes con leucemia tienen un alto riesgo de leucemia linfocítica. Muchas otras son leucemias mieloides agudas. Esta última suele ser prematuro, aunque suele ser más frecuente en los dos primeros años de vida y en la adolescencia.
José Daniel nació el 9 de septiembre de 2009 en Milagro, una pequeña ciudad agrícola a 56 kilómetros de Guayaquil, desde donde se desplaza en compañía de su madre para recibir periódicamente los tratamientos médicos. Desde hace un año y medio, el niño libra una intensa lucha contra el cáncer.
Para cubrir los gastos de la enfermedad, Vilma Vera vende una variedad de productos para conseguir el dinero que le permita comprar las medicinas, alimentos y vitaminas que necesita su hijo. Lo hace también a través de su cuenta de Twitter, pero no es suficiente porque incluso podría resultar desalentadores los insultos y comentarios indolentes que recibe frecuentemente. Ahora pide a las autoridades que protejan a su niño.
Para ayudar a José Daniel y a sus 2 hermanos menores, Vilma vende carne frita, tortas de maíz y de banana, mazamorras y frutas, organiza bingos y ahora vende o intercambia racimos de bananas verdes por las medicinas recetadas a su hijo.
Para esto alquila una camioneta por 50 dólares que la lleva hasta Guayaquil con los pedidos que prepara en Milagro. Si los pedidos son insuficientes, el viaje se cancela. En este caso no tiene más remedio que pedir dinero prestado para cubrir los gastos en las medicinas, la alimentación y los pasajes al Hospital del Niño de Guayaquil.
Debido a su condición, José Daniel no puede adelgazar y su madre cumple con una dieta diaria. Vilma se lamenta que en las redes sociales le digan “que a José Daniel se lo ve bien porque no se le ha caído el pelo”. Ella se asegura que su hijo coma bien, con bananas verdes, mango, zapote, mandarina y naranja que ella misma cultiva. También hay quienes afirman que Vilma se beneficia de la enfermedad de su hijo. La mujer afirma que no tiene intención de discutir con nadie pues su principal objetivo es su hijo. En su cuenta de Twitter afirmó que “por la vida de un hijo se hace lo imposible, quizás ahorita venda, pida o intercambie, mañana puedo vender mis órganos a cambio de poder costear el tratamiento y créame que lo haría con gusto”.
José Daniel espera curarse mientras su madre comparte en las redes sociales todas las buenas noticias sobre su tratamiento. Las publicaciones tienen la intención de conseguir el apoyo de otros usuarios de Internet e invitar a comprar o intercambiar los alimentos, verduras o frutas que lleva desde Milagro hasta Guayaquil. En el corazón de Vilma Vera, como en muchas madres de niños enfermos, hay angustia. José Daniel hoy pesa 40 kg y mide 1,56 m.
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