Brasil anunció oficialmente que decidió el cierre de las “fronteras aéreas” con seis países del sur de África desde el próximo lunes, en un intento por evitar o retrasar la llegada de la nueva variante del COVID-19, bautizada como Omicrón.
“Vamos a resguardar a los brasileños en esta nueva fase de la pandemia”, indicó en Twitter el jefe de Gabinete, Ciro Nogueira, precisando que la norma se oficializará este sábado y que la restricción incluirá a Sudáfrica, Botsuana, Esuatini, Lesoto, Namibia y Zimbabue.
Horas antes del anuncio oficial, el regulador sanitario Anvisa había recomendado al gobierno que prohíba la entrada de extranjeros provenientes de esos seis países. El director del organismo, Antonio Barra, admitió incluso que “no podemos decir que hay cero posibilidades de que ya esté en Brasil. La posibilidad de tener un caso no identificado existe, pero hasta ahora no hay”.
En diálogo con CNN, Barra agregó: “Es importante que la población sea consciente de que la pandemia no ha terminado, el silbato final de este juego aún no ha sonado. Tenemos una cultura de vacunación muy fuerte, tenemos millones de personas que se adhieren voluntariamente a la vacunación”. “Es una variante que posee características más agresivas y que, obviamente, exige de las autoridades sanitarias mundiales medidas inmediatas”, afirmó Barra.
También recomendó la “suspensión temporaria de la autorización para desembarcar en Brasil a extranjeros que hayan transitado por esos países en los últimos 14 días” y una cuarentena a los brasileños que estén regresando de esa región de África.
En un primer momento, Jair Bolsonaro había dado a entender que no seguiría las recomendaciones. El viernes, en una conversación que tuvo con un grupo de seguidores frente al Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia, admitió este viernes que Brasil puede enfrentar una nueva ola de la pandemia de COVID-19 tras el aumento de los casos que vienen registrando los países europeos y la aparición de la nueva variante más virulenta, pero descartó cerrar los aeropuertos.
El líder de la ultraderecha brasileña, uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la covid, descartó que pueda ordenar el cierre de los aeropuertos el mismo día en que las autoridades sanitarias de Brasil recomendaron restricciones a pasajeros procedentes de seis países africanos en los que se detectó una nueva y más amenazante variante del coronavirus.
“Tenemos que aprender a convivir con el virus. No podemos clausurarnos. ¿Qué locura es esa? ¿Si cerramos el aeropuerto el virus no entra? Pero si ya estamos con el virus aquí adentro”, afirmó el gobernante en una conversación que tuvo con un grupo de seguidores frente al Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia.
Con todo, su ministro debió desmentirlo en la tarde del viernes, anunciando las restricciones aéreas.
La Anvisa también recomendó esta semana que Brasil exija el certificado de vacunación a todos los pasajeros que desembarquen en los aeropuertos brasileños procedentes del exterior, pero diferentes ministerios, como el de Justicia y Turismo, ya se han manifestado contra esa posibilidad.
La variante B.1.1.529, potencialmente muy contagiosa y con múltiples mutaciones, se detectó en Sudáfrica, como anunció el jueves un grupo de científicos de ese país, que desconocen aún la eficacia de las vacunas para contrarrestarla. Otros países y regiones fuera de África, como Israel, Bélgica y Hong Kong, ya han confirmado casos de la nueva variante.
Tras el anuncio, varios países -entre ellos Reino Unido, Italia, Alemania, Francia e Israel- decidieron cerrar sus puertas a los viajeros procedentes de varios Estados del sur de África.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), sin embargo, no aconseja este tipo de medidas por el momento. “Harán falta varias semanas para comprender el impacto que tiene esta variante”, dijo el viernes el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier.
“En esta fase no se recomienda la aplicación de restricciones en los viajes”, añadió.
Brasil acumula más de 600.000 muertos desde el inicio de la pandemia, lo que lo convierte en el segundo país con más fallecidos en números absolutos, después de Estados Unidos. Sin embargo, en el país sudamericano la situación ha mejorado en los últimos meses, tras un fuerte avance de la campaña de vacunación.
Con el 61% de sus 213 millones de habitantes completamente vacunados, el promedio diario de muertes cayó de 3.000 en abril a poco más de 200 en la última semana.
(Con información de AFP y EFE)
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