El candidato liberal a la presidencia de Chile, Franco Parisi, hizo campaña desde Alabama, sur de Estados Unidos, tampoco votó porque no hizo su cambio de domicilio y aún así logró el tercer puesto con más del 13% de los sufragios.
Candidato presidencial del Partido de la Gente, Parisi -de 54 años- ha hecho toda su campaña en las redes sociales, mientras la prensa local ha revelado diversos problemas con la justicia chilena por presunta estafa y no pagar la pensión alimenticia de dos hijos menores en Chile. A raíz de sus problemas con la Justicia, pesa sobre Parisi una orden judicial que le impediría salir del país sudamericano.
La ley electoral chilena permite el voto en el extranjero pero Parisi no hizo el trámite que se exige de inscribirse en el consulado del país. En el registro electoral, aparece inscrito en una mesa de votación en la comuna de La Reina, en Santiago.
Tampoco viajó a Chile como tenía previsto tras informar que se contagió de coronavirus. En entrevista con el Diario Financiero de Chile dijo que pudo haberse contagiado en la celebración de Halloween en Estados Unidos, “porque acá ese día es bien intenso” o en los trámites para preparar su viaje a Chile.
Esta es la segunda elección presidencial de Parisi, tras acabar cuarto en los comicios de 2013.
Pero en esta ocasión, no ha puesto un pie en el país y ha hecho proselitismo de forma virtual desde Alabama, donde vive desde mediados de 2020 junto a su segunda mujer y un hijo, lo cual ha causado burlas y críticas en el país y entre los otros seis rivales presidenciales.
“Un obstáculo más”, dijo Parisi en un video difundido cuando anunció que contrajo covid-19.
Este domingo, Parisi desplazó al cuarto lugar a la carta de la centroizquierda, la democristiana Yasna Provoste (12,2 %), y empuja a la quinta posición al oficialista y exministro Sebastián Sichel (12,08 %).
Ahora su caudal de votos es extremadamente coidiciado por los dos candidatos que pasaron al ballotage del 19 de diciembre: José Antonio Kast y el diputado de izquierdas Gabriel Boric, tras lograr el 28,30 % y el 25,07 % de los votos, respectivamente según el 71% de las mesas escrutadas.
Esta es la primera vez desde al retorno a la democracia en 1990 que los partidos tradicionales de centroizquierda y centroderecha no pasan a la segunda vuelta.
Ambos tienen programas muy distintos. Boric, un diputado de 35 años y antiguo líder estudiantil que se define como ecologista, feminista y regionalista, quiere ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa. Por su parte, Kast, un abogado católico de 55 años, busca reducir el papel del Estado, bajar impuestos, afrontar con mano dura la migración irregular y prohibir el matrimonio gay y todas las formas de aborto.
Mucho más atrás y con menos del 8 % de los votos, quedan el progresista Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés, de la izquierda radical.
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