La presencia policial, el arresto y la inmovilización de varios líderes de la disidencia impidieron el lunes la realización de la manifestación prohibida por el gobierno, que se burló diciendo que fue una “operación fallida” de Estados Unidos.
La plataforma opositora cubana Archipiélago denunció este lunes arrestos y presiones contra quienes tenían previsto participar en las movilizaciones de este lunes contra la dictadura cubana, que semanas atrás avisó a los organizadores de las consecuencias legales a las que se enfrentarían si alentaban unas protestas no autorizadas.
“Este hostigamiento es parte de las acciones de acoso policial e intimidación que las fuerzas represivas están ejerciendo sobre quienes han declarado su decisión de participar en la marcha del 15 de noviembre”, publicó Archipiélago en su perfil de Facebook.
El grupo también informó que se encuentra desaparecido su moderador, Adrián Nápoles Capote, después de que su familia no haya logrado ponerse en contacto con él. Al mismo tiempo denunció presiones a las puertas de los domicilios de algunos opositores para que no puedan acudir a las movilizaciones convocadas.
Un día antes fue el dramaturgo Yunior García, líder de Archipiélago, quien ya tuvo que suspender una caminata en solitario por las calles de La Habana tras denunciar haber sufrido un “bloqueo cruel, ilegal e inhumano” por parte de agentes del Estado y partidarios de la dictadura.
“Un grupo de personas no puede continuar privando a otros de ejercer sus derechos. Estos ‘actos de repudio’ son una vergüenza nacional que ya no tiene cabida en nuestra sociedad”, denunció Archipiélago.
Hace un par de semanas, el régimen de Miguel Díaz-Canel no dio el visto bueno a estas protestas al considerar que estaban financiadas por potencias extranjeras con el claro fin de desestabilizar el orden constitucional, algo que lo ha sido negado por quienes las convocan, defendiendo su carácter cívico y pacífico.
Este lunes, varios disidentes cubanos fueron arrestados poco antes del llamado a la manifestación.
Manuel Cuesta Morua, de 58 años, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática, “fue detenido por la Seguridad del Estado hoy a eso de la una de la tarde (18H00 GMT) saliendo de la casa” en La Habana, dijo a la agencia AFP su esposa, Nairobi Scheri.
Detenido brevemente en septiembre, Cuesta Morua dijo entonces tras ser liberado que fue amenazado por llamar a la manifestación para este lunes.
La líder del movimiento disidente Damas de Blanco, Berta Soler, y su marido, el expreso político Ángel Moya, también fueron detenidos, según anunció en Twitter la disidente Martha Beatriz Roque.
Otro disidente, Guillermo Fariñas, está detenido desde el viernes.
En un video se ve cómo agentes de seguridad detienen a unos opositores, quienes protestaban en la ciudad de Holguín. Una van llega a lo que parece ser una zona residencial e ingresa de manera violenta a unos manifestantes en el vehículo.
Un grupo de vecinos, que presencia el hecho, grita “abajo la dictadura” mientras observan cómo detienen a las personas.
El líder opositor José Daniel Ferrer compartió el video en su cuenta de Twitter y confirmó que los detenidos son los hermanos Miranda Leyva y la señora María Casado Ureña, de 74 años.
Por su parte, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, dijo que la manifestación que ellos mismo prohibieron fue una “operación fallida”, y consideró que la jornada más bien fue “festiva” con el retorno del turismo internacional y de los niños a las escuelas.
El canciller ironizó sobre grupos anticastristas fuera de Cuba y las numerosas declaraciones de altos funcionarios de Estados Unidos que pidieron a la dictadura respetar el derecho a la manifestación de este lunes.
“Se quedaron vestidos para aquella fiesta, algunos de mis colegas en Washington se quedaron vestidos”, indicó.
La isla vive su peor crisis económica en casi 30 años, con una grave escasez de alimentos y medicinas, así como un creciente descontento social y la confrontación esta en su más alto nivel entre defensores y críticos del gobierno.
La dictadura acusa a los organizadores de la protesta de ser agentes entrenados y financiados por Estados Unidos para provocar un cambio de régimen. Por ese motivo prohibieron la manifestación y los amenazaron con sanciones penales.
(Con información de Europa Press y AFP)
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