Internos de las prisiones de Azuay y Cotopaxi iniciaron una huelga de hambre como muestra de solidaridad con la masacre de la Penitenciaría del Litoral de Guayaquil, la más grande de Ecuador, donde murieron al menos 68 reclusos en la matanza ocurrida en la noche entre el 12 y el 13 de noviembre.
El Servicio Nacional de Atención a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) informó que los internos del Centro de Privación de Libertad Azuay N-1, más conocido como Cárcel de Turi, se negaron el sábado a desayunar y almorzar.
La misma actitud tomaron los reclusos del Centro de Privación de Libertad Cotopaxi o Cárcel de Latacunga, reportó el periódico ecuatoriano ‘La Hora’.
Según el personal del SNAI, la medida habría sido adoptada en solidaridad con los 68 muertos y 25 heridos registrados durante los enfrentamientos de la Penitenciaría del Litoral.
Ante esta situación, el director de la Cárcel de Turi, Ulises Astudillo, habría convocado al Gobernador del Azuay, coordinadores de pabellones y representantes de los internos para dialogar y buscar una solución. Lo mismo se prevé hacer en la Cárcel de Latacunga.
En esta última y en el centro de rehabilitación social de Ambato se han reforzado las medidas de seguridad ante la posibilidad de que se repitan hechos como los ocurridos en la Penitenciaría del Litoral.
Los enfrentamientos entre presos, que se iniciaron el viernes por la noche, se extendieron hasta el sábado al entrar en escena otras bandas de los bloques 7 y 12 de la misma prisión. Los internos se enfrentaron con armas de fuego y explosivos, pese al estado de emergencia que rige en las sobrepobladas cárceles de Ecuador, donde este año han sucedido de las mayores matanzas en la historia penitenciaria de Latinoamérica.
Los nuevos choques estallaron cuando uno de los grupos invadió el pabellón 2 para matar a miembros de una banda enemiga. Previamente, Pablo Arosemena, gobernador de la provincia del Guayas, en cuya jurisdicción está Guayaquil (suroeste), describió que fueron “cruces de bala muy intensos” y una “situación de salvajismo”.
Los enfrentamientos se prolongaron por horas, durante la noche y con el sistema eléctrico de la cárcel inhabilitado por los reos. La policía evitó ingresar por el alto riesgo que significaba intervenir en medio de los cruentos ataques, según autoridades.
(Con información de Europa Press y AFP)
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