El secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo que las elecciones en Nicaragua fueron “ilegítimas” y una “clara violación de la Carta Democrática”, por lo que instó a los países miembros a tomar medidas en la próxima Asamblea General, luego de que Daniel Ortega consiga una nueva reelección tras arrestar a varios precandidatos opositores.
“Rechazamos los resultados de las elecciones ilegítimas en Nicaragua”, tuiteó Almagro tras los comicios del domingo. “Insto a países de OEA a responder a esta clara violación de la Carta Democrática (Interamericana) durante su Asamblea” general, agregó, un día antes del inicio del cónclave anual hemisférico.
Almagro, quien el lunes pidió en Twitter la liberación de los presos políticos, también compartió un informe de 17 páginas de la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia, en el que repasó las numerosas irregularidades de los comicios y pidió un nuevo proceso.
“La comunidad internacional debe exigir la anulación de las elecciones del domingo 7 de noviembre, y hacer un llamado a la celebración de un nuevo proceso electoral, con garantías, observación electoral y verdadera competencia electoral”, concluyó el documento.
“Nicaragua ha atravesado una violenta erosión democrática, que ha conducido, mediante un proceso viciado, al quiebre de su régimen democrático conforme a los principios y normas del sistema interamericano”, añade en sus conclusiones, en las que destaca que en el país no hay separación de poderes y la autoridad electoral ha sido cooptada por el poder ejecutivo.
Numerosos países han rechazado e incluso calificado como “farsa” los comicios del domingo en los que Ortega ganó su cuarto mandato consecutivo. Por contra, Bolivia, Cuba, Venezuela, Irán y Rusia han respaldado el resultado.
Almagro ya pidió en junio activar los mecanismos para aplicar a Nicaragua el Artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana. Esta disposición establece que un país puede ser suspendido de la OEA si dos tercios de los estados miembros deciden que se ha producido una “ruptura del orden democrático” y “las gestiones diplomáticas han sido infructuosas” para revertir la situación.
La suspensión debe ser votada en la Asamblea General, el órgano máximo de la OEA, y entraría en vigor de inmediato. Pero la Carta establece que el país suspendido debe seguir cumpliendo sus obligaciones “en particular en materia de derechos humanos”, y que la OEA seguirá realizando gestiones diplomáticas para restaurar la democracia.
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