El gobierno español repudió la farsa electoral en Nicaragua: “Ha sido una burla al pueblo y a la democracia”

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, consideró que el proceso es también una afrenta a la comunidad internacional. El organismo electoral reportó un 65% de participación, mientras las estimaciones independientes la calculan en apenas un 15%

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Daniel Ortega y Rosario Murillo (Reuters)
Daniel Ortega y Rosario Murillo (Reuters)

Las elecciones presidenciales en Nicaragua “han sido una burla,” denunció este lunes el ministro español de Asuntos Extériores, José Manuel Albares, poco después de que el Consejo Supremo Electoral en Managua proclamara la reelección de Daniel Ortega para un cuarto mandato presidencial consecutivo.

Ha sido una burla, una burla al pueblo de Nicaragua, una burla a la comunidad internacional y sobre todo una burla a la democracia”, déclaro el ministro a un grupo de periodistas en Madrid.

Los opositores que deseaban competir están en la cárcel y exigimos su inmediata liberación”, añadió el ministro del gobierno de Pedro Sánchez, en referencia a la detención de varios precandidatos presidenciales que dejaron libre el camino para una nueva reelección de Ortega. Por ello, agregó que el líder sandinista “ha establecido un régimen represivo y autoritario” que ha dado lugar a la “persecución sistemática de los actores políticos, sociales, mediáticos y económicos”.

Albares también criticó la falta de observadores internacionales. “No hubo ningún tipo de verificación de estas elecciones. No tienen ningún tipo de garantías para España y la mayoría de la comunidad internacional y la Unión Europea. No hubo elecciones libres y justas”, sostuvo.

En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España dijo que “rechazaba” los resultados de las elecciones debido a las condiciones “inaceptables y arbitrarias” en las que se celebraron.

De acuerdo con el primer informe del Consejo Supremo Electoral, leído en la madrugada de este lunes tras varias horas de retraso, Ortega logró el 74,99% de los votos con casi el 50% de las juntas receptoras de votos escrutadas, con lo que podrá permanecer en el cargo hasta enero de 2027 y cumplir 20 años seguidos en el poder, un caso inédito en la reciente historia de Nicaragua y Centroamérica.

Propaganda del régimen en Managua (Reuters)
Propaganda del régimen en Managua (Reuters)

Las cifras oficiales fijaron en el 65,34 % la participación en la jornada, lo que contrasta con cálculos independientes, que situaron la abstención en algo más del 80 por ciento.

La comunidad internacional ha rechazado con contundencia el proceso electoral. La Unión Europea expresó que “carece de legitimidad”, mientra que Joe Biden, presidente estadounidense, indicó que Ortega y Rosario Murillo “orquestaron una pantomina de elecciones que no fueron ni libres ni justas”.

El sandinismo eliminó cualquier posibilidad de un rival competitivo en los últimos meses. Cristiana Chamorro, hija de la exmandataria Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), quien derrotó en las urnas a los sandinistas y a Ortega en 1990, era la figura de la oposición que tenía mayor probabilidad de ganar las elecciones, según las encuestas. También quedaron fuera de la carrera electoral por arrestos e investigaciones legales impulsadas por el Ejecutivo de Ortega, Arturo Cruz, un ex embajador de Nicaragua en EEUU que fue arrestado a su regreso de un viaje a Washington; Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, el periodista Miguel Mora, el líder campesino Medardo Mairena y Noel Vidaurre.

(Con información de AFP y EFE)

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