El sacerdote Vicente Martínez es párroco de una pequeña iglesia ubicada en Ciudad Darío, a 89 kilómetros de Managua, pero se volvió un nombre reconocido en Nicaragua después de que el video de una de sus homilías se volviera viral en redes sociales por llamar a los nicaragüenses a no votar en las elecciones que se celebraran este próximo domingo.
El llamado del sacerdote ha recibido calificativos de “valiente” y “temerario” en lo comentarios de los usuarios de redes sociales, en momentos en que el régimen de Daniel Ortega mantiene una arremetida represiva que ha llevado a la cárcel a 39 líderes opositores, defensores de derechos humanos y periodistas.
“Yo sé que es cantidad de gente que no va a ir a votar porque es la misma mona con distinto vestido”, dijo el cura en su sermón. “Un verdadero patriota, un verdadero nicaragüense no va a ir a perder el tiempo en ir a votar, a participar de se circo, porque ese es un circo”.
Este domingo, 4,3 millones de nicaragüenses están llamados a votar en unas elecciones generales cuya legitimidad está en entredicho, después que el régimen de Daniel Ortega excluyera a la oposición de la contienda al proscribir a tres partidos y encarcelar a los siete posibles candidatos de la oposición.
Sin oposición que lo enfrente y con el total control del tribunal electoral y los poderes del Estado, Daniel Ortega ha asegurado su tercera reelección a pesar de que, en la última encuesta de Cid Gallup, divulgada esta semana, el gobernante Frente Sandinista solo alcanza un nueve por ciento de simpatías y el binomio presidencial compuesto por Ortega y su esposa, Rosario Murillo, solo serían votados por el 17 por ciento de los nicaragüenses para su reelección. El candidato de la oposición excluida de la boleta electoral, en cambio, recibiría un 65 del caudal de votos, según la firma encuestadora.
La oposición ha llamado a los nicaragüenses a desconocer la legitimidad de este proceso electoral y a manifestar su protesta quedándose en casa el día de las votaciones.
En la misma línea, pero sin la franqueza del padre Martínez, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) se pronunció en un comunicado el 21 de octubre pasado. “Ante la situación que vivimos, cada nicaragüense decida y actúe desde la interior e inviolable dignidad de su conciencia, libremente, para hacer lo que considere más justo y conveniente, en este momento, para Nicaragua”.
“Como lo hemos expresado en diversas ocasiones una auténtica democracia es el fruto de la aceptación convencida de los valores: la dignidad de toda persona, el respeto a los derechos humanos, la búsqueda del bien común como fin y criterio regulador de la vida política. Si no existe un consenso general sobre estos valores se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad”, añaden los obispos católicos de Nicaragua.
Otro sacerdote que ha llamado directamente a no votar es Uriel Vallejos, de 43 año, párroco de iglesia Divina Misericordia de Sébaco. “Este siete de noviembre mi huella estará limpia, como mi conciencia”, dijo en una homilía en referencia a la mancha dactilar con la que el tribunal electoral marca a cada votante.
Vallejos fue director nacional de Cáritas, la institución de servicio social de la iglesia católica, desde donde tuvo, según dice, “encontronazos con Rosario Murillo y Daniel Ortega” por el desaduanaje de las donaciones que recibía y administraba la organización religiosa. “Perdimos 18 millones de dólares en productos, medicina, que venía para el país. Ayudábamos a los hospitales. Nos quitaron varios contenedores, quemaron varios contendores de donaciones, fue una situación muy difícil”, dice.
Tanto Martínez como Vallejo, dicen que después de las homilías que se hicieron virales en redes sociales, fueron visitados por patrullas y jefes de policía de Matagalpa y Ciudad Darío, que, aunque llegaron en actitud cordial, lo tomaron como un mensaje intimidatorio. “Todos estamos siendo asediados, amenazas, chantajes”, señala Vallejos.
Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, por su parte, llamó a los nicaragüenses a tomar decisiones desde “la conciencia” y no por amenazas o chantajes, en aparente a alusión a los trabajadores del Estados que se han quejado de estar siendo presionados por el partido de gobierno para ir a las urnas.
“He escuchado de algunos fieles que ante la dramática situación que vivimos los nicaragüenses su decisión ya ha sido tomada en la inviolable dignidad de su conciencia, sin embargo, afirman, son amenazados para obligarlos a manifestar lo que no desean manifestar o para hacer lo que no quieren hacer”, dijo monseñor Álvarez en su homilía del domingo.
Para el sacerdote Vallejos, con lo que él llama “farsa electoral”, se perdió la oportunidad de elegir. “Quiénes podrían representar a los nicaragüenses los tienen en la cárcel y no hay credibilidad”, señala.
“No temo que me echen preso”, añadió. “Estamos acá para el pueblo y decir la verdad, estoy siempre al lado de la gente denunciando la injusticia porque es muy doloroso lo que se está viviendo hoy en día en Nicaragua”.
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