Un millón de brasileños recibirán este viernes el pago correspondiente al programa Bolsa Familia, como lo vienen haciendo todos los meses desde hace 18 años, aunque esta será la última vez.
A partir del mes de noviembre el emblemático programa de transferencia de ingresos, que se ha convertido en un modelo para el mundo, será reemplazado por otro bautizado como Auxilio Brasil, creado por el gobierno de Jair Bolsonaro, en el momento más bajo de su popularidad en lo que va de su mandato.
Así, Bolsa Familia pasará a la historia la semana que viene, cuando la ley que lo creó sea derogada oficialmente. Aunque el primer mandatario ya anuncio su reemplazo, diarios brasileños destacan la incertidumbre que existe sobre los casi 15 millones de brasileños que lo percibían mensualmente.
La nueva política de distribución de subsidios a los más pobres anunciada por Bolsonaro elevará el total de familias beneficiadas hasta 17 millones y aumentará en un 20% el valor concedido, hasta un mínimo de 400 reales mensuales (unos 70 dólares) por familia.
Sin embargo, la semana pasada el anuncio causó un cimbronazo político en el gigante latinoamericano cuando dos importantes secretarios del Ministerio de Economía renunciaron a sus cargos por la maniobra con la que el presidente derechista pretende flexibilizar la política fiscal para poder elevar los gastos en 2022, cuando el país celebrará elecciones.
Aunque el secretario especial del Tesoro y Presupuesto, Bruno Funchal, y el secretario del Tesoro Nacional, Jéferson Bittencourt atribuyeron las dimisiones a “motivos personales”, los dos secretarios son los principales responsables por las medidas para impedir un mayor aumento del enorme déficit en las cuentas públicas brasileñas, que puede agravarse con la maniobra anunciada el miércoles por el Gobierno.
El jueves de esta semana, Bolsonaro debió dar una nueva marcha atrás en sus anuncios al confirmar que, aunque el aumento de 20% sigue en pie, el piso de los 400 reales por mes se implementará recién a partir de diciembre.
La iniciativa del presidente, a un año de las elecciones presidenciales, causó malestar en el ministerio de Economía debido a que afectaría la ley de responsabilidad fiscal, que pone un techo al gasto público. También causó nerviosismo esta semana en la bolsa paulista y disparó al dólar.
En el mismo contexto y con el objetivo de disputar a los sectores más pobres y a los trabajadores a su virtual rival electoral del PT, Lula da Silva, Bolsonaro también anunció una “ayuda” para unos 750.000 camioneros, en compensación por el incremento del precio del diésel.
El programa Bolsa Familia fue creado en el año 2003 por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Pero nació incluso antes: el programa surgió de la unificación de una serie de beneficios existentes. En ese entonces, el monto pagado era de 50 reales por familia en extrema pobreza, con un aumento de hasta 45 reales según la composición familiar.
Un estudio del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas de Brasil (IPEA) publicado en 2019 señaló que, en el año 2017, las transferencias del programa sacaron a 3,4 millones de personas de la pobreza extrema y a otros 3,2 millones de la pobreza. Y, de 2001 a 2015, el programa fue responsable de una reducción del 10% en la desigualdad en el país.
IPEA también mostró que cada real invertido en el programa genera un 1,8 reales en el PIB, creando un efecto beneficioso para el crecimiento del país.
Diversos especialistas también afirman que el programa tuvo efectos positivos en la salud y la educación, con una caída del 58% en la mortalidad infantil, un aumento en la asistencia escolar y, gracias a una mejora en la nutrición, en la estatura de los niños.
Un informe publicado por el Consejo de Evaluación y Monitoreo de Políticas Públicas del Ministerio de Economía en 2020 señaló que “el programa ha logrado reducir significativamente la pobreza en Brasil”.
En los últimos años, sin embargo, el programa ha sufrido un fuerte retraso y deterioro. El último aumento de los montos ocurrió en 2017, y la inflación ha erosionado gran parte del poder adquisitivo desde entonces. Según el economista de Marcelo Neri, Bolsa Familia necesitaría hoy un reajuste del 32,2% para recuperar las pérdidas desde 2014; bastante más que el 20% anunciado para Auxilio Brasil.
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