Los Gobiernos de Nicaragua y de Honduras acordaron este miércoles definir sus fronteras en el Mar Caribe y en el Océano Pacífico, incluyendo el Golfo de Fonseca que comparten con El Salvador, país este último ausente de la firma.
El acuerdo de límites, denominado “Tratado Integracionista del Bicentenario”, fue suscrito en Managua por el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, y su homólogo de Honduras, Juan Orlando Hernández, en una actividad anunciada poco antes de iniciar.
El Salvador y Honduras disputan desde hace varios años la soberanía de isla Conejo en el Golfo de Fonseca, un peñón de menos de un kilómetro cuadrado, aunque las últimas controversias surgieron cuando el Ejército hondureño realizó un acto e izó su bandera.
El tratado firmado por Honduras y Nicaragua, destacó Ortega al leer el comunicado conjunto, “tiene como objetivo principal trazar una ruta de paz y prosperidad en nuestros pueblos y mediante el cual ambos países delimitan sus fronteras en el Mar Caribe y el Océano Pacífico”.
“Al firmar este Tratado, Nicaragua reconoce que su frontera marítima en el Golfo de Fonseca es con la República de Honduras, ratificando de esta forma el fallo dictado en el año 1992 por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), de La Haya”, de acuerdo con el documento.
“Este Tratado reafirma la soberanía nacional y reconoce los espacios marítimos que le corresponden a Honduras en el Pacífico”, continuó.
Según Managua y Tegucigalpa, ese acuerdo les “permitirá concretar la estrategia logística que Honduras ha venido desarrollando para enfrentar el futuro de una manera competitiva con la visión de convertirse en Centro Logístico regional y del continente”.
“El Golfo de Fonseca debe ser una zona de paz y desarrollo, de crecimiento económico y de prosperidad para centenares de comunidades que dependen de toda la riqueza que posee. Esto lo vamos a alcanzar con el Plan de Desarrollo Sustentable del Golfo de Fonseca, que significa generación de empleos dignos para la población a través de la ejecución de obras de infraestructura y otras iniciativas”, añadió.
Tanto Ortega como Hernández invitaron “de manera cordial y respetuosa al Gobierno de El Salvador a ser parte de esta estrategia que busca hacer del Golfo de Fonseca una zona de paz y desarrollo para beneficio de los tres países ribereños”.
Ambos países también reconocieron y aceptaron la sentencia de la CIJ del 2007 que establece los limites marítimos en el Mar Caribe.
Además, acordaron revisar las fronteras terrestres cada diez años en comisiones mixtas y reconocieron la presencia tripartita de tres países en el Golfo de Fonseca, desde el punto Amapala a la punta de Cosiguina.
El acuerdo deberá ser ratificado por los Congresos de ambos países y depositado posteriormente en las Naciones Unidas.
En el marco de la disputa de El Salvador y Honduras por la soberanía de isla Conejo en el Golfo de Fonseca, en marzo de 2014 el entonces presidente salvadoreño, Mauricio Funes, asilado y nacionalizado nicaragüense, aseguró que la isla Conejo es salvadoreña y no hondureña.
El Salvador y Honduras protagonizaron la llamada “guerra de las 100 horas” o “guerra del fútbol” en 1969.
Por su parte, Nicaragua y Colombia mantienen un litigio en el mar Caribe con dos demandas ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Nicaragua, entre otros, pidió a la CIJ que le conceda una plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas desde su costa Caribeña, pero Colombia defiende que la plataforma continental del archipiélago de San Andrés “se une incuestionablemente con la plataforma continental que tiene la costa caribe colombiana”.
(Con información de EFE)
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